Cómo comer sin culpas
Cuando éramos bebés, comíamos cuando teníamos hambre y parábamos cuando nos quedábamos satisfechos. No contábamos calorías, gramos o carbohidratos y éramos felices y sin preocupaciones. La comida era la fuente de placer y sustento. Entonces algo cambió. Llegó una edad en donde comenzamos a examinar nuestros cuerpos. A compararlos con el de nuestros amigos o …