Un número abrumador de los padres (hasta 66%) están controlando y presionando a sus hijos adolescentes a comer toda la comida en el plato. Con independencia de si el adolescente es obeso, según un nuevo estudio. Los investigadores encontraron que muchos padres están restringiendo o presionan la ingesta de alimentos en sus hijos adolescentes. Señalan que estas conductas restrictivas o de control no son buenas para lograr el peso ideal del adolescente.
Los padres usan altos niveles de control, tales como la restricción y la presión para comer. Es sorprendente como algunas de las conductas de los padres, tienen la sensación de que sus hijos deben limpiar sus platos y no desperdiciar la comida.
En la década de 1950, la limpieza del plato significaba algo diferente. El tamaño de las porciones se han hecho más grandes con el tiempo. Y si usted anima a los niños a confiar en indicadores ambientales, como la cantidad de comida en el plato o la hora del día, van a perder la capacidad de confiar en las señales internas para saber si tiene hambre o está lleno.
La obesidad en los EE.UU. es un problema grave de salud pública. Doce estados tienen 30% + tasas de obesidad hoy en día. En comparación con sólo uno en 2007. Y la obesidad en la adolescencia, en particular, sigue aumentando. Los investigadores están continuamente tratando de encontrar maneras de abordar el problema y ver si los comportamientos de los padres relacionados con los alimentos podrían tener un impacto sustancial.
El equipo analizó dos estudios basados en la población de padres y adolescentes para ver como vinculaban las conductas restrictivas.
Las conductas restrictivas de los padres incluyen asegurar que sus hijos no coman demasiados dulces. O regular la cantidad que están comiendo. Presionar los comportamientos incluye asegurarse de que sus hijos siempre se terminaron toda la comida.
Los adolescentes que son obesos o con sobrepeso son más propensos a estar bajo el control restrictivo de sus padres. Ya que limitan la cantidad de alimentos que deben comer. Por el contrario, los adolescentes que no tienen sobrepeso son más propensos a ser presionados para comer por sus padres.
Los investigadores concluyeron:
“Dado que no está acumulando evidencia de los efectos perjudiciales de control de las prácticas de alimentación en la capacidad del adolescente para autorregular la ingesta de energía. Estos hallazgos sugieren que los padres deben ser educados y capacitados a través de orientación preventiva para fomentar la moderación en lugar de consumo excesivo. Y hacer hincapié en la elección de alimentos saludables en lugar de los patrones de alimentación restrictivas”.