Es un tema muy importante cuando se trata de alimentar te antes y después del ejercicio.
En primer lugar recuerda que desayunar ligeramente incluyendo calorías te ayudará a enfrentar un entrenamiento pesado. Después de entrenar necesitas proteína para reconstruir tus músculos y mantener en marcha tu sistema.
Optar por las mejores Fuentes
No todas las calorías son iguales, y algunas grasas son mejores que otras. Las grasas de origen vegetal deben constituir la mayor parte de su consumo. Ya que contienen los tipos más saludables de los ácidos grasos.
Un entrenamiento con pesas adecuado tiene muchos beneficios, entre ellos el fortalecimiento de la masa muscular y el aumento de la densidad ósea. El resultado es un cuerpo más fuerte, más resistente y más tonificado. Cuando entrenamos con pesas, desarrollamos más músculo, lo que a su vez hace que nuestro metabolismo se acelere, puesto que el cuerpo necesita más calorías para mantenerse. Si tu miedo es ponerte muy musculoso/a, ¡no te preocupes! Desarrollar un cuerpo súper musculoso requiere de mucha constancia y disciplina, de una dieta especial y de por lo menos 4 horas de ejercicio al día, así como una buena carga de esteroides.
Todo es cuestión de comer las calorías necesarias para mantenerse en un peso constante. Mientras no ingieras más calorías de las que tu cuerpo necesita en un día, independientemente de la hora a la que comas, NO vas a subir de peso. Lo recomendable es incluir una refacción por la tarde para no llegar con demasiada hambre a la cena. Lo que puede hacernos perder el control sobre nuestras elecciones.
Cuando se quiere bajar de peso, el déficit calórico es el factor más importante. Esto quiere decir que debemos ingerir menos calorías de las que quemamos. La forma más saludable de adelgazar es a través de una dieta balanceada, que incluya carbohidratos, grasas y proteínas, que forme un déficit de aproximadamente 500 calorías al día. De esta forma podrás bajar aproximadamente una libra de grasa por semana, sin afectar tu salud ni tu metabolismo.