Un componente clave en la pérdida de peso es la utilización de grasas, es decir, lograr que tu cuerpo use tu grasa como fuente de energía. La movilización de las grasas (lipolisis) se produce fundamentalmente por acción hormonal. La insulina lo disminuye, y lo aumenta el Glucagón, Epinefrina, Norepinefrina, GH y Cortisol.
¿Cómo estimular la lipolisis?
El estímulo de la catecolaminas para la lipolisis es muy potente y la acción inhibidora de la insulina muy fuerte. Por lo tanto una ingestión de hidratos de carbono ó bien moléculas de glucosa (HC) que produzca elevaciones sanguíneas de insulina, limita la oxidación de las grasas. Por ejemplo; hacer ejercicio inmediatamente después de consumir una ración de HC disminuiría la utilización de Ácidos Grasos (AG) y por lo tanto se produce una menor lipólisis. La ingesta de carbohidratos de Alto Índice Glicémico (IG) ó alimentos que llegan rápido a la sangre deriva regularmente en un incremento en la oxidación de los carbohidratos y una reducción en la movilización de AG. Estos cambios metabólicos que pueden persistir incluso por hasta 6 horas luego de consumido el HC.
Se ha planteado además la utilización de dietas ricas en grasas, con la intención de aumentar la oxidación de AG. Por ejemplo: un estudio hecho con 6 ciclistas que pedalearon una hora al 50% del VO2máx consumieron una dieta rica en grasa durante 2 días antes (60% de grasas). Estos registraron una alta utilización de AG y un ahorro importante del glucógeno muscular y hepático.
Sabiendo que el consumo de HC previo al ejercicio inhibe la lipólisis y que la ingesta de grasas solo ahorra HC y utiliza las grasas consumidas, la opción es hacer ejercicio después del ayuno nocturno, en corto tiempo y a una intensidad moderada (50-60%). Si se aumenta la intensidad y el tiempo, puede disminuir el rendimiento.
Ya que sabes todo acerca de la lipolisis, o la utilización de grasas del cuerpo al hacer ejercicio, aplica esta información en tu rutina y baja de peso.