La dinámica de la vida diaria y el ritmo al que estamos acostumbrados, genera una sensación de ansiedad que en algunos casos puede resultar dañina, impidiendo un estilo de vida saludable. ¡No te estreses! Te daremos algunos tips para reducir la ansiedad.
Síntomas
Los principales síntomas que nos alertan si estamos viviendo un episodio de ansiedad.
- Aceleración repentina de palpitaciones
- Sudor en manos o bochornos súbitos.
- Temblor en distintas partes del cuerpo, como manos y piernas.
Si experimentas alguno de estos síntomas, debes buscar una opinión clínica que te oriente eficientemente ya que existen muchos tratamientos que te ayudarán a superar estas crisis.
Cómo reducirla
El ejercicio puede ser tu mejor terapia
La practica de actividad física activa la pituitaria y el hipotálamo, descargando cascadas de endorfinas. Las endorfinas son excelentes neurotransmisores en terminales nerviosas, provocando desde un estado de bienestar y euforia, al que le sigue uno de tranquilidad, paz y relajación.
Meditación
Debido al estrés y el trabajo el cerebro sufre una descarga de cortisol muy fuerte, este te mantiene alerta y muchas veces puede desembocar en crisis de pánico. Reserva 1 hora del día al menos, para estar contigo mismo, centrar la atención en un punto y dejarte llevar con la respiración. Hay diversas técnicas y disciplinas que te ayudan a alcanzar un estado pleno.
Los estados de meditación profundo también estimulan la segregación de endorfinas, en decremento del cortisol.
Reduce el consumo de cafeína y estimulantes
El café y el té son excelentes para motivarte a empezar el día. Su abuso puede conllevar a presentar crisis importantes, debido a que la cafeína y teína respectivas estimulan la segregación de cortisol en la sangre.
En su lugar puedes optar por tizanas ligeras que contengan manzanilla, damiana o caléndula, son perfectas para la relajación y hacen que te concentres si estás trabajando.
L-Lisina
Esta molécula de aminoácidos reduce la ansiedad, el estrés y por lo tanto reduce la producción de cortisol. Procura obtenerla de alimentos naturales como huevo, carne, nueces y lácteos. También puedes encontrarla en suplementos alimenticios. Consulta a un especialista Cambridge para recomendaciones en su consumo.