Es muy normal que ocurra esto después de haber comenzado con una dieta o un programa de entrenamiento a los que no estamos acostumbrados. El primer mes notarás resultados increíbles; un abdomen marcado después de una intensa rutina. O una reducción de peso significativa a efecto de seguir una dieta rigurosa. Tu cuerpo se habitúa a su nueva condición y tiende a estabilizarse en un periodo meseta. Es lo que comúnmente llamamos área de confort.
No ceses en tus esfuerzos.
Si sigues tu plan alimenticio seguirás perdiendo kilos, lo importante es cumplir con los horarios y porciones. No hay atajos en el camino, no valen trampas.
Es normal que te empieces a desesperar en este periodo y a creer que tu dieta no funciona, pero si te esfuerzas lograrás tus objetivos. El secreto es aferrarte a tus objetivos y ser más ambicioso en cuanto a resultados.
He aquí algunos puntos para motivarte y superar este periodo meseta:
- Continúa con el plan alimenticio apegándote a sus indicaciones.
- Nunca te saltes comidas o reduzcas porciones. Esto no te ayudará a acelerar tu avance.
- La novedad entusiasma al cuerpo, investiga nuevas formas de preparar tu menú, respetando las equivalencias nutrimentales. La variedad rompe el aburrimiento.
- Empieza una rutina de ejercicio, tu cuerpo lo agradecerá y el metabolismo funcionará como relojito, motivándolo a quemar más grasa.
- Evita pensar que esto es un estancamiento, mentaliza que solo es una fase que tienes que superar.
- Siempre cuenta con la ayuda de algún especialista.
- Lleva nota de tus logros en cuanto al tema de peso y medidas.
- Pega notas con tus metas semanales en la puerta del refrigerador. Eso refuerza tu compromiso y te estimulará a lograrlo.
Si por alguna circunstancia suspendiste el programa de tu dieta, retómala de acuerdo al día que vives, proponte no dejarla hasta cumplir con la meta fijada.