La carne es uno de los alimentos imprescindibles en nuestra dieta, como el pescado, la fruta o la verdura. Es una fuente muy importante de proteínas de gran calidad, vitaminas y minerales como el hierro o el zinc. El problema es que no todas las carnes son igual de buenas y de ahí deriva la frecuencia con que deban consumirse. Descubre si debes comer carnes rojas o blancas.
Según su color, determinado por la mayor o menos presencia de mioglobina, la carne puede ser roja o blanca. Dentro del primer grupo encontramos la carne de caballo, de vacuno (vaca, toro, buey…) de caza (liebre, pichón, perdiz…), vísceras y embutidos. Y en el segundo grupo con menor presencia de mioglobinas (carnes blancas), están el pollo, pavo o conejo.
El cerdo y el cordero son casos de excepción, ya que pueden pertenecer a ambos grupos en función de la edad del animal; Sí son adultos, son carne roja, y si son jóvenes como el cochinillo o el lechal, son blancas.
¿Qué es mejor?
Esto depende de su consumo y de las circunstancias personales de cada uno.
En la actualidad se aconsejan más las carnes blancas porque tienen menos grasas saturadas. Sus proteínas son de mayor valor biológico, y tienen un aporte calórico menor además de ser más fáciles de digerir.
Las rojas, sin embargo, son más jugosas, y tienen mayor contenido en hierro, por lo que serían buenas para prevenir la anemia. En su contra está que son ricas en purinas, y personas con ácido úrico elevado deben evitarlas porque desencadenaría ataques de gota. Especialmente ricas en hierro son la carne de caballo, las vísceras y la carne de caza. El Zinc es un mineral que solo encontramos en la carne roja.
Se recomienda consumir carne blanca 3-4 veces/semana y las rojas 1 vez/10 días.
El cerdo, está ganando mucho peso en nuestra alimentación últimamente y es que es una excelente fuente de proteínas y vitaminas del grupo B. Su grasa tiene un perfil de ácidos grasos monoinsaturados más favorable que otras carnes. Es un alimento saludable en el que deberíamos fijarnos más a la hora de comer.