El hambre emocional es diferente al hambre fisiológica. Es estimulada por medio de los pensamientos, sentimientos, y estímulos del ambiente que has llegado a asociar con la comida. El problema con el hambre emocional es que no importa cuánto comas, no vas a quedar satisfecho pues el hambre no es por comida sino por otras formas de alimento. El hambre física ocurre cuando tu cuerpo necesita comida para convertirla en energía. La reconocemos por medio de señales físicas como por ejemplo, dolor de cabeza, ruido en el intestino, debilidad, etc. Es importante reconocer la diferencia entre estos dos tipos de hambre, para que puedan ser satisfechas de manera adecuada.
Identificar el hambre emocional
La manera más efectiva para identificar estos sentimientos y situaciones que desencadenan el hambre es llevar un diario. Esto no solamente te va a permitir registrar lo que comes sino también te hace estar consiente de las emociones que te llevan a comer. El diario debe ser un análisis muy preciso de todo lo que comes, dónde y cuándo comes, qué estas haciendo y cómo te sientes mientras estás comiendo y si realmente estás hambriento. Si llevas este diario por lo menos durante una semana, van a surgir algunos patrones de alimentación. Serás capaz de observar qué sentimientos te desencadenan la ingesta y si estás comiendo por razones físicas o emocionales.
Una vez que identificas las emociones que te desencadenan la ingesta, puedes desarrollar estrategias para manejar estos sentimientos. Cuando sientas hambre emocional, realiza alguna acción para tenerla bajo control. Dos maneras de manejarlas es por medio de la confrontación y la distracción. Elige la mejor estrategia para ti.
Cómo confrontarlo
La confrontación es una estrategia ofensiva, en la que te enfrentas al deseo de comer de antemano. A la necesidad emocional de comer se le debe percibir como una amenaza a tu control y por lo tanto tendrás que determinar no ser vencido. No ceder al hambre emocional significa ganar y esto debilita el deseo de comer e el futuro. La distracción es una estrategia defensiva. Cuando sientas la necesidad de comer, realiza algo diferente para sacar la comida de tu mente. Por ejemplo: puedes llamar a un amigo, realizar ejercicios de relajación o caminar.
Otras ideas para distraerte del hambre emocional son: Escuchar un CD con música relajante, leer un libro, tomarte un baño, leer revista o periódico, arreglar el jardín o bien realizar un hobby o pasatiempo.