La fiebre orgánica lleva ya rato entre nosotros. Los sentimientos que la mueven son exactamente los correctos, queremos comer bien, saludable y no queremos estar comiendo cosas que parecen veneno. Y entonces, como suele suceder, mágicamente aparece la solución. Los alimentos orgánicos.
Existen muchas preguntas sobre que dicen las etiquetas y cuando debería de bastarnos.
Por ejemplo, “natural” no necesariamente significa “orgánico” en una etiqueta.
Cuando hablamos de algo orgánico nos referimos a:
- Métodos de crecimiento
- Métodos de procesado
- Procesoss de manejo
Mientras que natural puede referirse a:
- No se le incluyó colorante artificial
- No se le incluyó saborizante artificial
- Evita los preservativos
¿Ya vez un poco por donde va todo?
Hay muchísimas investigaciones allá afuera sobre qué pasa con que cosa y de hecho la única investigación que he encontrado que ha concluido algo sobre los alimentos orgánicos, es que tomar leche y comer carne orgánica, es más saludable realmente.
Esto es porque tanto la leche como la carne de sello orgánico, tiene más Omega-3, hierro, vitamina E y carotenoides, en comparación con otras leches y carnes.
Y entonces ¿qué hacer?
Muy sencillo, si es recomendable que sigas enfocándote a lo orgánico por encima de lo procesado, por supuesto, pero no hay que creer que es la cura mágica a todos los males. Sigue de cerca las investigaciones que puedan seguir saliendo y por favor, acércate a tu médico si tienes alguna situación de salud.
También puedes acercarte con expertos del área alimenticia para que te ayuden a guiarte un poco más entre toda esta información.