¿Ayudas a tus pacientes? ¿Te interesas por ellos? ¿Recuerdas el rostro de tus pacientes? ¿Recuerdas sus nombres? ¿Podrías describir el sentimiento de cada uno de ellos cuando está en tu consulta, frente a ti?
¿Qué crees que piensa tu paciente de ti? O mejor, ¿qué crees que siente tu paciente hacia ti? ¿Han regresado a tu consultorio? Y si lo han hecho, ¿por qué regresaron?
Si yo te preguntara la historia de cada uno de ellos, ¿me la dirías?
¿Sabes a cuántos de ellos realmente ayudaste no sólo estableciéndoles una dieta o un plan alimenticio para que lograran bajar de peso, sino cambiándoles su vida, su forma de ver la vida?
¿Recuerdas aquella señora obesa que llegó a tu consultorio buscando ayuda? Y sí… la ayudaste con una lista de alimentos balanceados y con un“empujoncito”adicional: ¡pastillas!, tal vez, para acelerar el proceso de reducción de peso, pero… ¿la escuchabas? ¿Le preguntabas cómo se sentía, qué le preocupaba, qué la mortificaba, qué la ilusionaba, qué la motivaba, con qué soñaba?
¿Tu paciente te quería o sólo iba contigo buscando una ayuda médica y luego de obtener la “receta” del momento se iba y no volvías a saber de ella?
Si ésta eres tú, tal vez algún día cuentes con los dedos de tu mano los pacientes que te quedan, tal vez te queden las suficientes consultas para poder vivir de tu profesión, pero no esperes ser la nutrióloga exitosa, que supo multiplicar su consulta, a la que todos buscan, a la que todos quieren, pero sobre todo, la que ayudó a cambiar la vida de sus pacientes de una forma efectiva (no temporal) y que además ayudó a resolver el grave problema que tiene México en este momento y que sigue en aumento: Los altos índices de sobrepeso, obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares que provocan miles de muertes cada año y millones de pesos en tratamientos.
El secreto para incrementar tu consulta es querer a tu paciente, querer ayudarlo verdaderamente, preocupándote por él, que él sienta que es importante para ti porque si él ve que te importa, se va a sentir más motivado y animado a bajar de peso, a curarse de sus enfermedades porque tú lo habrás ayudado a ver la vida desde otra perspectiva.
Tal vez esto no lo enseñen en una universidad, pero este trato humano es efectivo para ayudar a tu paciente. Él no necesita cualquier médico, él necesita un amigo, alguien que entienda por lo que está pasando y alguien que lo ayude a curarse. La confianza lo es todo. Si tú tienes la confianza de tu paciente, tendrás su lealtad y permanencia.
La empatía con tus pacientes es lo que hará la diferencia entre tú y los demás doctores. Debes intentar entenderlos, entender sus problemas, conocer sus hábitos, entablar una relación más cercana porque el éxito de tu consulta estará dado por los resultados que logren tus pacientes.
Y los resultados exitosos serán bajar de peso y llevar una vida saludable con un plan alimenticio apropiado y para lograr eso necesitas que tu paciente cambie de hábitos, cosa que lograrás más fácilmente si logras establecer una relación de empatía con él.
Sólo imagina a un paciente en un hospital. A su habitación llega un doctor para aplicarle medicamentos, pero también llega otro que se acerca a él y le platica. Le cuenta cosas, le pregunta qué comió, si le gustó la comida, si necesita algo… ¿Cuál doctor crees que elegirá el paciente? Y tú, ¿ayudas a tus pacientes?
Tú debes conocerlo para poder saber por qué razones no logra cambiar hábitos, comportamientos, y a partir de eso idear nuevas maneras de poderlo ayudar.
Debes enamorar a tu paciente, atraerlo hacia ti, ayudarlo verdaderamente. Y si aún no sabes cómo hacerlo, nosotros te podemos ayudar a encontrar esa manera, sólo haz clic aquí.
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¿Ayudas a tus pacientes? Déjanos saber tu opinión y danos comentarios acerca de la experiencia que has tenido en este tema.