¿Sabías que el desayuno debe aportar entre un 25% de las calorías que se consumen a diario? Es justamente por esto que el desayuno es considerada como la comida más importante del día. Más si llevamos 8 horas en las que no hemos ingerido nada (que es el intervalo en el que nuestro cuerpo descansa). Lo primero que se nos viene a la mente cuando planeamos un buen y nutritivo desayuno es en un plato de huevos revueltos. Algunos de los principales errores que cometemos al prepararlos son causa de malas interpretaciones y cambio de recetas a través de generaciones.
Batirlos: procura no batirlos mucho, ya sea con el tenedor o con el globo. Aunque los huevos montados nos dan el aspecto de esponjados al momento de cocinarlos, batirlos en exceso rompe la albúmina. Por lo que se rompen las cadenas moleculares. Principalmente de la clara. Lo recomendable es no batir más de 30 segundos. Tratando de insuflar una cantidad de aire generosa, sin romper la albúmina.
Añadir leche o nata: esta técnica puede arruinar tus huevos. Puede que le añadas más untuosidad o cohesión al momento de batir. Pero una vez cocinados empezará a ver que la leche se separa de la mezcla haciéndolos más aguados.
Sal: Uno de los peores errores es rociar sal al momento de batirlos. Esto hará que la sal absorba los líquidos ayudando a romper la consistencia esponjosa de los huevos. Añade sal una vez servidos y cocinados.
Una recomendación para hacer aún más nutritivo este platillo sería agregar cebolla y/o tomates picados, así mismo, champiñones y/o espinacas. En caso de no gustarte ninguna de las opciones o preferir tus huevos revueltos solos, la opción podría ser ponerlo sobre un pan tostado. Así aumentarás el consumo de proteína en el desayuno.