Esos hábitos y costumbres del día a día son determinantes en el origen del sobrepeso u obesidad que padecemos. Los kilos que acumulamos a lo largo de los años, están generados por malos hábitos de vida, que sin darnos cuenta incrementan las posibilidades de padecer muchas enfermedades relacionadas con el sobrepeso. Descubre cuales son esos hábitos que conllevan a la obesidad.
Malos hábitos
Comenzar la jornada sin desayunar
El picar entre comidas
Este es un mal hábito, que genera siempre aumento de peso, y junto con ello, puede ser el origen de algunos trastornos en la conducta alimentaria, como la bulimia, atracones de ansiedad, etc. Generalmente los alimentos elegidos suelen ser grasos e hipercalóricos. Raramente se elige algún vegetal o fruta (sería lo ideal). Por eso, es siempre conveniente realizar las meriendas, tanto de media mañana y de tarde, ingiriendo alguna fruta o yogur desnatado. Acompañado de alguna infusión sin azúcar. El problema del picoteo, es no controlar el total de los alimentos ingeridos en el día, consumiendo calorías extras con el posterior aumento de peso.
Saltarse las comidas
Mala costumbre, generalmente relacionada con la nombrada anteriormente. Al saltarse alguna de las comidas, se cae en el picoteo, o en comer de manera abundante en la próxima comida principal. Por lo tanto, si lo que se pretende en reducir el peso corporal y mantener un buen estado de salud, aconsejaremos siempre: realizar las 5 comidas diarias. Evitando así largos períodos sin comer y la ansiedad que esos ayunos generan.
Tomar bebidas alcohólicas
Muchas veces tomamos alguna bebida alcohólica para calmar la sed, sin darnos cuenta la cantidad de calorías que ellas nos aportan. Sus calorías dependen de la graduación alcohólica (gramos de alcohol cada 100cc). Un gramo de alcohol aporta 7 calorías. Por ello, una copa puede llegar a tener tanta energía como cualquier alimento sólido. Si bien es aconsejable tomar una copa de vino tinto al día por ser antioxidante y beneficioso para la salud cardiovascular, el mejor consejo es ser moderado. Evitando los excesos.
Incluir diariamente alimentos ricos en grasas y azúcares
Estos alimentos son en su mayoría hipercalóricos, con alta densidad calórica, en otras palabras, son aquellos que en poco volumen aportan mucha energía. Por ejemplo, los quesos, embutidos, bollería, helados, pasteles, fritos, mayonesas, frutos secos (en cantidad). Este tipo de alimentos, deben consumirse de manera ocasional, pero no a diario. Es importante cambiarlos por frutas o verduras, y así cambiar hábitos. Aunque resulte difícil al comienzo, es necesario hacerlo para no convertir nuestra alimentación en hipercalórica e hipergrasa.
Comprar alimentos hipercalóricos y que inducen a seguir comiendo (ansiedad)
Este es el caso de snacks, patatas fritas, cacahuetes, frutos secos fritos y salados, pipas, chocolates, bombones, galletas dulces, etc. Este tipo de alimentos son peligrosos debido a que aumentan el apetito en el momento que se comienza a ingerirlos, y las calorías ingeridas son demasiadas en poco volumen o cantidad. Lo mejor es evitar su compra y de esta manera al no tenerlos a la vista, evitamos la tentación.
Comprar y almacenar alimentos o productos innecesarios
El mejor de los consejos en este aspecto es comprar solo aquello que necesitamos, evitando los caprichos y alimentos extras. Si almacenamos alimentos en exceso seguramente también comeremos de más, y será difícil escapar de las tentaciones. En este mismo punto podemos insistir también, en no cocinar de más. De esta manera se evitan las sobras y el picoteo posterior.
Consumir alimentos diet, light, o saludables en exceso
La mayoría de las personas cree que si un producto tiene estas características, puede comer mucha cantidad sin que engorde. Pero esto es una falsa creencia, ya que algunos de ellos sí tienen la mitad de calorías, pero muchos otros tienen cambiado o sustituído alguno de sus nutrientes, pero la cantidad de calorías es igual o superior. Por lo tanto conviene consumirlos de forma moderada. Conociendo sus cualidades, energía o calorías y nutrientes. Lo cual se logra leyendo bien las etiquetas de composición química o nutricional del envase.
Tener una vida sedentaria
Pasar muchas horas sentado, frente al televisor, el ordenador o videoconsolas, hace que gastemos muy pocas calorías. Contrariamente, lo que se debe hacer, es reforzar la actividad física, es decir practicar algún ejercicio de manera moderada y con regularidad. Las estadísticas indican que las personas que miran más de dos horas de televisión diarias registran un mayor índice de obesidad.
La forma más adecuada de no originar un sobrepeso u obesidad, es seguir una dieta o alimentación equilibrada, variada, y saludable. Podemos permitirnos algún extra, o concedernos algún capricho muy de vez en cuando para así no obsesionarnos con la báscula o con el peso. Cambiar hábitos de forma gradual es la mejor alternativa para mantener el peso ideal o saludable.