En México, es bastante común sazonar nuestras comidas con un poco de ajo. Además de su agradable sabor, el ajo tiene muchísimas propiedades. Por otro lado, cuentan que el ajo fue la base de la alimentación de los trabajadores que construyeron las pirámides de Egipto. Conoce los beneficios del ajo.
A lo largo de la historia, se le ha considerado un remedio contra epidemias como el cólera y tuberculosis. También como cura para infecciones y contra virus, bacterias y hongos. Incluso, se le llegó a apodar “penicilina rusa”.
Contiene vitaminas B1, B2 Y C, es estimulante a la digestión y contiene almidón, mucílago, azúcar, sulfuro de alilo y crinina.
Debido a sus propiedades microbicidas, el ajo es un excelente desinfectante y descongestionante, tonificador de la glándula pituitaria, eficaz en la secreción gástrica y rico en hierro.
Un poco de ajo te servirá para combatir el veneno de la picadura de alimañas y los problemas circulatorios.
Si lo pruebas machacado o en zumo, posee una larga lista de efectos curativos
Otro de los beneficios del ajo es que en casos de catarros, sinusitis, tos con flema o exceso de flemas, tiene un efecto descongestionante poderoso.
Si decides tomarlo en ayunas, ayuda en casi todos los padecimientos de los riñones y vejiga. De igual forma, purifica la sangre y refresca el aparato circulatorio.
Casos de estreñimiento también pueden ser curados con un poco de ajo, ya que desinfecta el sistema digestivo. También ayuda a eliminar lombrices.
Su cubierta externa, al igual que la de la cebolla, contiene una gran cantidad de pectina. Esta es una fibra gelatinosa que terapéuticamente se utiliza para combatir la diarrea, incrementar el torrente del plasma sanguíneo y disminuir el nivel del llamado “colesterol malo”, tanto en la sangre como en el hígado.
La cantidad recomendada de consumo diario es de entre medio a un diente. Es preferible que lo consumas fresco a que compres el de polvo (aunque también tiene estos beneficios, son en menor cantidad).