Muchas personas creen que la obesidad es solo un problema estético. Cuando la realidad es que ser obeso aumenta las posibilidades de tener alguna enfermedad. Por lo que es importante luchar contra esta condición.
Es probable que hayas escuchado con anterioridad las consecuencias de la obesidad en los adultos. Por ejemplo el colesterol, problemas cardíacos, la presión alta y el daño en las articulaciones.
Sabemos que esos problemas son graves en los adultos. Pero sus consecuencias se agravan exponencialmente cuando quien padece obesidad es un niño o una niña. Estas complicaciones de salud son muy serias para un niño porque ponen en peligro su desarrollo.
Entre niños latinos, la incidencia de diabetes del tipo 2 es mucho mayor que el resto de la población infantil obesa. Esto debido a cuestiones genéticas. Ya que los latinos tienen una predisposición a padecer diabetes y trastornos relacionados con el desarrollo de la diabetes. Como la resistencia a la insulina.
Consecuencias
Problemas con los huesos y articulaciones, dificultares para realizar algún deporte, dificultad para respirar, cansancio excesivo, hipertensión, colesterol, enfermedades cardiovasculares, problemas hepáticos, desánimos, trastornos alimentos que pueden derivar en bulimia y anorexia nerviosas y problemas cutáneos son algunos de los problemas que pueden desarrollar los niños con obesidad.
Por otro, la obesidad no solo ocasiona problemas físicos, sino también psicológicos. Los niños con problemas de peso suelen tener baja autoestima, problemas de integración y depresión.
Si tú o tus hijos padecen obesidad, existen diversas acciones que puedes realizar para ayudarte a ser una familia saludable.
Primero que nada, predica con el ejemplo. Los hábitos saludables, al igual que los hábitos no saludables, se forman día con día, por lo que es importante ser constantes.
Hay que enseñar a los niños a elegir y examinar lo que están consumiendo. El secreto está en estructurar la alimentación.
Además, hay que enseñar a los niños el valor nutrimental de cada comida y a analizar cada sabor nuevo que experimentan. Es bastante común que los niños digan que algo no les gusta y ni siquiera lo han probado. Por lo que hay que hacer lo posible por evitar este tipo de conductas, mostrándoles las delicias de cada alimento nutritivo.
Así que ya lo sabes, es posible volver a tener una familia saludable, siempre y cuando exista constancia y se creen hábitos saludables.