Cada año lo mismo: “Mañana empiezo con el gym y la dieta”…, y mañana es pasado mañana y así llega julio, y en pocos días ya nos vamos a la playa, si el tiempo nos deja hago dieta si no, no. A pasar hambre, a correr con pleno sol en ayunas, a no comer nada. Y las temidas y odiadas dietas: que si la Dukan, la de la alcachofa, de la piña, la del helado, etc. Pero descubrí que se puede bajar de peso sin dieta.
De momento perdemos algún kilo. Pero vienen las vacaciones comemos mal y mucho y sin darnos cuenta nos encontramos en pocos días con el temido efecto yoyo y en septiembre recuperamos lo perdido y añadimos 3 kilitos más.
El cuerpo, sabiamente, cuando lo sometes a estos niveles de estrés, guarda reservas, en forma de grasa, por si vuelve a pasar hambre.
Y los libros de dietas se agotan, los productos milagro aparecen y los gimnasios se vuelven a llenar unos días y todos a comer light, y a seguir engañándonos permanentemente.
Una dieta no debe ser una tortura sino, un estilo de vida. Es cuidarse. Es comer moderado saludable y variado. Y hacer ejercicio regularmente. No hay más secreto.
Trucos
- Haz 5 comidas sanas, a la misma hora, sin que pasen nunca de las 4 horas entre ellas.
- Dale la importancia que se merece al desayuno.
- Bebe al menos 2 litros de agua (nada de alcohol -bueno una copa de vino está bien-, ni azúcares)
- No llegues muerto de hambre a la comida, ni a la cena (por eso lleva siempre una manzana, un plátano y nueces).
No te engañes más
Se acabó lo de contar calorías, pasar fatiga o hambre. Simplemente trata de cuidarte. De seguir hábitos saludables como comer sano y de hacer ejercicio para perder peso de forma equilibrada y progresiva y evitar padecer un montón de enfermedades.
Y no nos engañemos más. Todos sabemos qué es lo que debemos comer y lo que no. Y si no lo sabes o no te ves capaz de conseguirlo, lo mejor (siempre es lo mejor si se puede) es que te asesore un profesional de la medicina y la nutrición.