¿Sabías que obesidad afecta el sistema del gusto? Estudios anteriores habían indicado que el aumento de peso puede reducir la sensibilidad de un individuo al sabor de los alimentos. Y que este efecto se puede revertir cuando este pierde peso. Pero no está claro cómo surge este fenómeno. Ahora, un estudio publicado el 20 de marzo en la revista de acceso abierto PLOS Biology por Andrew Kaufman, Robin Dando y colegas de la Universidad de Cornell, muestra que la inflamación generada por la obesidad en realidad reduce la cantidad de papilas gustativas en las lenguas de los ratones.
Una papila gustativa está compuesta por alrededor de 50 a 100 células de tres tipos principales. Cada una con diferentes roles en la detección de los cinco sabores principales (salado, dulce, amargo, ácido y umami). Las células de brotes de sabor cuentan con una vida útil promedio de solo 10 días.
Estudio
Para explorar los cambios en las papilas gustativas en la obesidad, los investigadores alimentaron a los ratones con una dieta normal compuesta de 14% de grasa o con una dieta obesogénica que contenía un 58% de grasa.
Como era de esperar, después de 8 semanas, los ratones alimentados con la dieta obesogénica pesaban aproximadamente un tercio más que aquellos que recibieron comida normal. Pero sorprendentemente, los ratones obesos tenían un 25% menos papilas gustativas que los ratones delgados. Y sin cambios en el tamaño promedio o la distribución de los tres tipos de células dentro de los brotes individuales.
La renovación de las células de las papilas gustativas normalmente surge de una combinación equilibrada de muerte celular programada (un proceso conocido como apoptosis) y la generación de nuevas células a partir de células progenitoras especiales. Sin embargo, los investigadores observaron que la tasa de apoptosis aumentó en los ratones obesos. Mientras que el número de células progenitoras en la lengua disminuyó. Lo que probablemente explica la disminución neta en el número de papilas gustativas. Los ratones que eran genéticamente resistentes a la obesidad no mostraron estos efectos. Incluso cuando se les alimentó con una dieta alta en grasas. Lo que implica que no se deben al consumo de grasa en sí, sino a la acumulación de tejido adiposo.
Se sabe que la obesidad está asociada con un estado crónico de inflamación de bajo grado y el tejido adiposo produce citocinas proinflamatorias. Moléculas que sirven como señales entre las células, incluyendo una llamada TNF-alfa. Los autores encontraron que la dieta alta en grasas aumentó el nivel de TNF-alfa que rodea las papilas gustativas. Sin embargo, los ratones que fueron genéticamente incapaces de producir TNF-alfa no tuvieron reducción en las papilas gustativas. A pesar de aumentar de peso.
Por el contrario, la inyección de TNF-alfa directamente en la lengua de ratones delgados condujo a una reducción en las papilas gustativas. A pesar del bajo nivel de grasa corporal.
Conclusiones
“Estos datos juntos sugieren que la adiposidad total derivada de la exposición crónica a una dieta alta en grasas se asocia con una respuesta inflamatoria de bajo grado que causa una interrupción en los mecanismos de equilibrio del mantenimiento y la renovación del brote de las papilas gustativas”. Dijo Dando.
“Estos resultados pueden apuntar a nuevas estrategias terapéuticas para aliviar la disfunción del sabor en poblaciones obesas”.
Algo que sin duda puede ser de interés para nuestros pacientes en pro de advertirles de la perdida de sensibilidad. En relación con sus hábitos.