Uno de los secretos para tratar y conservar a tus clientes es la forma en la que hablas con ellos. No nos referimos a pláticas comunes, sino a cómo hablas de salud y ejercicio con ellos. Seguramente empleas términos técnicos, pues utilizarlos te hacen ver como profesional y eso esta muy bien. Pero es importante saber con qué tipo de clientes empleas esas palabras. Existen algunos que no entenderán esos términos y será necesario darles una explicación más clara y que puedan comprender.
Al comienzo, tu lista de clientes puede mirarse un poco inestable y es que muchas veces deseas que cumplan sus metas y les propones dietas y rutinas muy pesadas. Esto provoca que el cliente se sienta mal debido a la alimentación, termina por abandonarte y opta por volver a sus antiguas prácticas de salud.
Tal vez el proceso que estas utilizando sea el adecuado para tu cliente, pero es posible que no estés utilizando las palabras correctas para motivarlo a continuar. Hazle saber que seguir el proceso le ayudará a cambiar. Si no tienes idea de cómo llegar al cliente con las palabras adecuadas, no te preocupes, este tipo de cosas no se aprenden en la escuela y muchas personas lo tienen como un talento natural.
La fórmula
- Crea vínculos con tu cliente, conócelo a fondo
- Esta pendiente de tu cliente y sobre lo que le sucede
- Apóyalo en sus metas
Un poco de disciplina será buena herramienta para ayudar a tu cliente a alcanzar sus metas, pero no olvides que presionarlo mucho puede hacer que quiera cambiar de coach. Es por eso que aplicando uno de los puntos anteriores; Conoce a tu cliente a fondo, te ayudará a identificar que tipo de coach tienes que ser con tu cliente.
Muchas veces como coach, se tiene la idea de que los clientes están “descompuestos” y tienen que “repararse” y no es así. A un cliente no le falta nada en su cuerpo o hay que reemplazar algo, más bien solo desean deshacerse de una carga que llevan y es ahí donde el coach de salud entra para apoyarle en el proceso.
Esto no tiene que ver tanto con el tacto que empleas para hablar con tus clientes, pues en ocasiones es necesario un poco de disciplina. Pero sí tener conocimiento de qué palabras emplear con cada cliente. Te recordamos, conocerlos es pieza clave para tratar y conservar a tus clientes, pues solo así sabrás como dirigirte hacia ellos.