Una tendencia dietética que está de moda y se basa en la cronobiología. Es decir, los ritmos biológicos que fijan las necesidades de nuestro organismo. Esto se llama cronodieta.
La cronobiología
La cronobiología es una disciplina de la fisiología que estudia los ritmos biológicos del ser humano. Los cuales están formados por la conjunción de múltiples factores. Como por ejemplo, el ritmo solar, el ritmo lunar y el ritmo terrestre.Todos estos elementos influyen en los procesos biológicos de los seres vivos, sus alteraciones y mecanismos que físicos, psicológicos y emocionales que se producen en ellos.
La cronobiología nació como ciencia en 1729, cuando el físico francés Jean Jacques d’Ortous de Mairan observó que una planta abría sus hojas durante el día y las cerraba en la noche. Años después se demostró que la planta poseía un reloj biológico endógeno que le permitía reconocer las noches independientemente de la ausencia de luz solar.
De esta misma manera, los humanos tenemos un reloj biológico que influye en todas nuestras áreas. Enfoquémonos solamente a la nutrición.
Los ritmos nutricionales
El uso de la cronobiología aplicada a las necesidades nutricionales de nuestro organismo recibe por nombre ritmonutrición. Una dieta que evoluciona a tratamientos más complejos, donde la administración de los nutrientes se hace acorde con los ritmos biológicos, conocidos también como circadianos. Marcados por nuestro metabolismo.
El rimo biológico se encuentra en el núcleo supraquiasmático, conjunto de neuronas en el hipotálamo que funciona mediante la cantidad de luz que captan nuestros ojos. Dependiendo si hay más o menos luz se modifican nuestros ritmos circadianos. Es por eso que cambian de acuerdo con las estaciones del año. En la ritmonutrición se utilizan los ritmos biológicos del organismo para enseñar al paciente qué y cuándo comer.
De esta manera se conoce el momento idóneo para la ingesta de determinado nutriente. Lo que resulta de mucha utilidad en estrategias para la pérdida de peso. No se prohíbe la ingesta de ningún alimento concreto más bien se indica en qué momentos determinados del día se pueden permitir. Más allá de lo atractivo y curioso que podría resultar esta teoría, los detractores de la ritmonutrición aseguran que no existen datos suficientes que indiquen que la cronobiología pueda ser útil y certera al recomendar una cronodieta. Habrá que esperar investigaciones más serias, lo cierto es que resulta muy interesante.
Los enfoques terapéuticos del futuro será regular las horas de comida y buscar horarios adecuados para la ingesta de cada tipo de alimento. Habla la Dra. Monereo de mutaciones, y en este sentido hay que señalar que un 30% de la población tiene una mutación que les hace producir una sustancia llamada timina en vez de otra llamada citoxina.
Y, así, encontramos personas que, comiendo lo mismo, tienen una mayor o menor propensión a convertir esos alimentos en grasa. “Son más propensas a que su organismo no sincronice bien sus relojes, son desordenados en sus hábitos y tienden a comer por la tarde-noche, cuando más se engorda –concluye la Dra. Garaulet–. Eso tiene que ver con su genética, pero lo importante es que, pese a ello, con unos correctos hábitos podemos hacer que esos genes no se expresen. Los genes te pueden predeterminar, pero no te predestinan. No es cierto aquello que decía Marañón de que “el individuo nace obeso y muere obeso”.Esa visión fatalista hace mucho daño.
5 claves para ponerte en hora
- Con la luz blanca o led, el organismo no sabe si es de día o de noche. Por eso, es conveniente eliminar los fluorescentes de las cocinas y poner en su lugar lámparas de luz amarilla. Para que el cuerpo reconozca que no es de día.
- Hay que evitar picotear y tener unos horarios claros de comida para que el organismo pueda saber qué hora es.
- Se deben hacer un mínimo de tres comidas al día. Pueden hacerse hasta cinco ingestas diarias. Pero teniendo en cuenta que habrá que ir reduciendo el número de calorías en cada una de ellas.
- No debemos comer por la noche. Nuestro cuerpo no está preparado para ello. Lo percibe como si fuera de día y desincroniza todos nuestros relojes.Hay que cenar poco, y pronto. Dejando transcurrir un tiempo entre la cena y la hora de ir a dormir.
- Debemos comer despacio. Se sabe que las mujeres obesas tienden a comer en la mitad de tiempo que las delgadas. Esa velocidad es nociva para nuestra cronobiología y para los sistemas de saciedad del organismo. Y se asocia con aumento de grelina, disminución de leptina y peor sueño.