Seguramente tú, como a mí me pasó, te diste cuenta de lo importante que es cuidar tu salud y la de tu familia y ahora eliges productos más saludables para cocinar. Entre todos los artículos que están en tu mesa, el endulzante es uno que debiste haber cambiado hace mucho tiempo, ya sea por miel de agave o de abeja, azúcar integral o incluso stevia.
Todas ellas son saludables y mucho mejores que las azúcares refinadas. Sin embargo, hoy te presentaré un artículo que es tan sano como esas opciones. Un endulzante natural que contiene muchos más nutrientes.
Te hablo del azúcar de coco, ¿has oído hablar de ella?
¿Qué es?
Pues te platico… A diferencia de otros endulzantes, el azúcar de coco aporta más que calorías vacías, pues tiene ácidos grasos, antioxidantes, minerales y otras propiedades que resultan benéficas para nuestra salud.
Por ejemplo, una de sus sustancias principales es la inulina, un tipo de fibra que alimenta y equilibra la flora intestinal, y potencializa el sistema inmunológico. Es un gran aliado para dársela a tus hijos porque les gustará y te dejará tranquila ya que también los nutre.
Como te decía, esta fibra se ha comprobado con diabéticos por su bajo índice glicémico. El índice de los edulcorantes habituales ronda entre 55 y 68. Sin embargo, el del azúcar de coco ¡es de tan solo 35! Esto produce una mejor regulación de azúcares y grasas en la sangre.
Sí, estas son excelentes noticias para la salud y el gusto de nuestra familia, y para nuestra cocina. No obstante, hay algunas consideraciones que hay que mantener presentes.
A pesar de tener grandes beneficios y mantener un mayor valor nutrimental, el abuso en la ingesta de este producto puede resultar contraproducente.
La primera razón es el contenido calórico, pues tiene la misma cantidad que el azúcar de mesa convencional (20 Kcal) y esto puede provocar que subamos de peso fácilmente.
La segunda es la presencia de fructosa, pues nuestro hígado se encarga de convertirla en grasa y si se come sin medida, puede causar problemas de incremento de triglicéridos, hipertensión o hígado graso.
No todo resultó tan dulce, ¿verdad?
Es importante que investiguemos bien un artículo antes de integrarlo a nuestra cocina. Siempre hay que asegurarnos de conocer bien qué es lo que estamos comprando, qué cantidades diarias son saludables y cómo emplearlo de la mejor manera en nuestras preparaciones.
En lo personal, llevo un par de semanas probándolo y me ha resultado fantástico. Me siento más ligera y satisfecha con una alternativa natural y más conveniente. Además, ¡a mis hijos y sus amigos les encanta!
Si tienes algún producto novedoso y quieres saber qué tan bueno es, ¡compártelas conmigo!
¡Saludos!