Es un prejuicio decir que la comida saludable no posee sabor o que sabe mal. Culturalmente se ha dicho que los alimentos naturales pueden resultar simplones o agresivos al paladar.
Hablemos sobre los paladares infantiles.
El paladar infantil o el gusto por la comida se desarrolla desde la etapa de lactancia cuando se despiertan terminales sensoriales en el cerebro para reconocer que es lo bueno de tóxico. Es por ello que el mercado y la cultura determina ideas erradas sobre tal o cual alimento.
El comer saludable no tiene por que ser simplón. Echemos mano de los aliños saludables como rociar de ajonjolí, aceite de oliva y vinagre una ración de ejotes asados a la plancha. El ajo es un potenciador natural de cualquier alimento.El jengibre matiza de una forma exótica cada bocado.
Evita los caldos de pollo o res concentrados para sazonar el arroz o los guisados. Evita también largos periodos de congelación o refrigeración de tus alimentos. Opta por la sal de mar, la pimienta de cayena o el chile para exaltar los sabores naturales.
Muchas veces la forma de cocción de los alimentos puede modificar su sabor.
- Utiliza una parrilla y leña para cocinar carnes y aves.
- Puedes ahumar algunos vegetales para intensificar su sabor.
- Utiliza hierbas y especias como la albahaca, romero, mejorana, perejil, nuez moscada, cúrcuma, cayena, mostaza, etc.
La pimienta, el orégano, el ajo, los clavos, el anís o la canela, dotan de sabores deliciosos a los platos, además de que son benéficos al organismo.
Los condimentos estimulan la actividad y procesos de salivación, deglución y digestión de los alimentos.
Utiliza esto a tu favor e intenta nuevas comidas saludables más complejas para una comida deliciosa