Cuando la persona desea perder peso, comienza a controlar el consumo de aquellos productos con elevado contenido de grasas y azúcar y muchos consumidores buscan sustituir el azúcar con edulcorantes, disminuyendo la cantidad de calorías consumidas, sin renunciar a sus alimentos preferidos. Estudios recientes demuestran que los sustitutos del azúcar permiten la incorporación de una amplia variedad de alimentos “ricos” en las dietas bajas en calorías, además de contribuir en el mantenimiento del peso en aquellas personas que han logrado su peso ideal.
En términos generales, las ventajas que ofrecen los edulcorantes artificiales son múltiples:
- mantenimiento del peso
- disminución del mismo
- reducción del riesgo de padecer obesidad
- tratamiento de la diabetes
- reducción de caries dentales
De hecho, son múltiples los estudios que han demostrado la inocuidad de estos endulzantes. Tanto así que la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprueba el consumo de los edulcorantes .Por su parte, la Secretaría de Salud también los ha aprobado para la elaboración de alimentos y bebidas; esto en el “Acuerdo por el que se determinan las sustancias permitidas como aditivos y coadyuvantes”, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 15 de diciembre de 1999.
Sin embargo, el exceso en el consumo de edulcorantes artificiales puede ser perjudicial para la salud, por lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecieron un índice de consumo seguro conocido como Ingestión Diaria Máxima Aceptable (IDA), que no es más que el consumo diario recomendable.
IDA de algunos edulcorantes:
- Sacarina 5mg/kg/día
- Aspartame 40mg/kg/día
- Sucralosa 5mg/Kg/día
- Acesulfame 15mg/kg/día