Las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) son cosa seria. Pueden traer muchas complicaciones a la salud, e incluso en ciertos casos, la muerte.
Hay muchísimas precauciones que todos podemos tomar, como seguir una estricta higiene para todo lo que vamos a comer.
Hoy vamos a revisar información específica sobre estas enfermedades para que sepas de qué cuidarte mejor 🙂
Para empezar, los alimentos que más comúnmente se ha visto que transmiten algún tipo de enfermedad son de origen animal. Los productos como la carne bovina, porcina, de ave, pescados, mariscos, huevos y hasta los productos lácteos, fueron responsables por el 48% de las epidemias ocurridas en EUA entre 1973 y el 87. Y sí, ya fue hace mucho tiempo, se han mejorado las regulaciones, pero aún son alimentos de los que no podemos dejar de revisar su calidad (origen, higiene, caducidad, etc.)
Las ETA se clasifican como: infecciones, intoxicaciones o infecciones mediadas por toxina.
Para que una enfermedad nos afecte verdaderamente, no sólo se necesita que la infección exista en la comida:
- El patógeno debe estar en la comida en cantidades suficientes para hacer daño.
- El alimento debe tener las características necesarias para que favorezca el desarrollo de la infección o enfermedad.
- También el alimento debe estar a la temperatura adecuada, durante suficiente tiempo como para que la enfermedad se multiplique y/o produzca toxina.
- Luego, debes comer una cantidad suficiente para que la enfermedad sobrepase tu barrera de defensa.
Esto nos hace pensar que tal vez una limpieza completa del alimento no existe, porque si no hay todas estas condiciones, aun cuando el patógeno exista en nuestra comida, puede no hacernos daño. Pero confiarnos sería un error.
Hay siempre que cuidar qué compramos, dónde lo compramos, cómo lo lavamos, cómo lo conservamos y hasta cómo lo cocinamos.