Aprende sobre los mitos de la Lectina.

El mito de la lectina bajo la lupa

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 Por lo general estamos constantemente bombardeados con información equivocada, excéntrica o exagerada y es especialmente difícil revisar los supuestos hechos cuando esta misma información es distribuida por las autoridades médicas. Tal es el caso de la Lectina en EUA que viene ahora golpeando América Latina.

La lectina es una proteína que se puede encontrar en diferentes cantidades en la mayoría de las plantas, incluyendo los frijoles, legumbres, granos, frutas y verduras, nueces, café, chocolate y algunas hierbas y especias.

Aun así, son los granos los que contienen las mayores cantidades en comparación con otros alimentos.

Cuando cocinamos, la mayor parte de la lectina se destruye y debilita su capacidad de unirse a las células.

Hace no mucho salió a la venta un libro que fue best seller, donde se promueve una dieta libre de lectina para aminorar ciertas afecciones médicas. Como enfermedades autoinmunes, alergias y hasta el cáncer. El autor y otros promotores de esta dieta creen que los alimentos que la contienen ayudan a la inflamación. También conducen al aumento de peso y son tóxicos para el cuerpo.

El problema es que hay muy poca investigación sobre los efectos de la lectina en el cuerpo y las que hay, han sido sobre exageradas, se han tomado muy directamente sin considerar otros factores.

Por ejemplo, una investigación nada reciente, determinó que la lectina puede sobrevivir la digestión. Y al hacerlo, podría generar muchos desbalances en el cuerpo. El problema con esto es que los alimentos con grandes cantidades de lectina, como los frijoles, no se comen crudos.

Los remojamos y cocinamos, lo que hace que el contenido de este compuesto se reduzca significativamente. Y como tal, no es un problema potencial para el cuerpo.

Además, los beneficios para la salud de consumir cereales integrales y legumbres, superan por mucho cualquier preocupación por la pequeña cantidad de lectina que se encuentra en estos alimentos.

Un artículo mucho más reciente incluso ha puesto un signo de interrogación a lo negativo en la lectina. Y ha demostrado como en ciertas cantidades, en teoría, pudiera ayudar a combatir el cáncer.

Eliminar todo lo que tiene lectina de nuestra dieta puede ser algo muy equivocado. Olvidarse de los beneficios de las nueces, frutas y verduras, a estas alturas sería algo ridículo.

Más investigaciones son necesarias y lo que es más, una mejor aplicación para las mismas.

Si aún quieres dejar de comer lo que sea, mejor ve con un profesional. Podrías estar poniendo en peligro tu salud.

 

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