El estudio fue dirigido por la profesora asociada Anna Keski-Rahkonen de la Universidad de Helsinki y publicado en European Eating Disorders Review.
El estudio incluyó a más de 4,900 jóvenes hombres y mujeres finlandeses. Los participantes de la investigación respondieron cuestionarios sobre comportamiento alimentario, peso, salud y bienestar psicológico a los 24 años. Y nuevamente, diez años después a los 34 años.
Cuando se consideraron todas las variables, una alimentación desordenada a los 24 años fue una forma de predecir un menor bienestar psicológico entre las mujeres y hombres, así como también presentaban un menor índice de autoevaluación de la salud en general entre los hombres diez años más tarde.
Podemos decir que uno come de forma desordenada cuando se decide arbitrariamente cuándo se está hambriento o lleno. Independientemente de cómo se sienta. También influye si la persona se pesa constantemente o bebe bebidas sin calorías para evitar sentir hambre.
“Una alimentación desordenada a menudo se considera como algo inofensivo y es muy común. Sin embargo, parece que puede tener efectos negativos de gran alcance en la salud en general y el bienestar de los adultos jóvenes. Incluso si los síntomas no constituyen un trastorno alimentario clínico. La identificación temprana y su tratamiento son importantes “. Dice la investigadora Ulla Kärkkäinen, nutricionista autorizada.
Esta investigación muestra una de las consecuencias de una práctica muy común en nuestra sociedad hoy en día.
Es muy importante que nuestros pacientes sepan que al cuidar cosas como su estética personal o seguir alguna moda actual, si no se cuida de forma adecuada, puede tener repercusiones serias en su salud.