Hoy te compartiremos información sobre los fundamentos de la diabetes. Pero antes, hablemos del sobrepeso. Es difícil hojear una revista o navegar por una página de Internet sobre salud sin tener la información básica sobre el peso. La idea general es esta: mantenerse activo y comer de forma saludable son las mejores formas de controlar el peso.
Este consejo es aplicable para todos, pero puede resultar especialmente útil para las personas que padecen diabetes. Ello obedece a que el peso puede influir sobre la diabetes y la diabetes puede influir sobre el peso. Aunque esta relación no se da del mismo modo en la diabetes tipo 1 y en la diabetes tipo 2, el consejo fundamental es el mismo. Lograr un peso adecuado puede marcar la diferencia en el plan de control de la diabetes de una persona.
El peso y la diabetes tipo 1
Si una persona padece diabetes tipo 1 pero todavía no ha recibido tratamiento, lo más probable es que haya perdido peso. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no puede utilizar la glucosa correctamente porque el páncreas ha dejado de producir la insulina necesaria para que la glucosa penetre en las células.
Entonces el organismo elimina la glucosa inutilizable (y las calorías) a través de la orina. Consecuentemente, la persona suele adelgazar. No obstante, tras iniciar el tratamiento de la diabetes tipo 1, la persona generalmente vuelve a tener un peso saludable.
Pero, a veces, las personas que padecen diabetes tipo 1 también pueden tener sobrepeso. Es posible que ya presentaran sobrepeso cuando se enteraron de que padecían diabetes o que empiecen a presentarlo tras iniciar el tratamiento. A las personas con diabetes tipo 1, el sobrepeso puede hacer que les resulte más difícil mantener las concentraciones de azúcar en sangre bajo control.
El peso y la diabetes tipo 2
La mayoría de la gente tiene sobrepeso cuando le diagnostican una diabetes tipo 2. El sobrepeso o la obesidad incrementan el riesgo de que una persona desarrolle diabetes tipo 2.
Las personas con diabetes tipo 2 padecen una afección denominada “resistencia a la insulina”. Las personas con resistencia a la insulina tienen la capacidad de fabricar insulina. El problema es que su cuerpo no la puede utilizar correctamente para que la glucosa penetre en las células. Consecuentemente, la concentración de glucosa en sangre aumenta. Y entonces el páncreas fabrica más insulina para intentar superar este problema.
A la larga, el páncreas se acaba agotando por el sobreesfuerzo y es posible que no pueda fabricar suficiente insulina para mantener las concentraciones de glucosa en sangre dentro de la normalidad. En este punto, la persona habrá desarrollado una diabetes tipo 2.
También hay personas que no son diabéticas pero que tienen resistencia a la insulina. Las personas con resistencia a la insulina son más propensas a desarrollar una diabetes tipo 2 en el caso de que no la padezcan todavía.
Las personas con resistencia a la insulina suelen tener sobrepeso y no hacer mucho ejercicio. No obstante, perder peso, ingerir alimentos y porciones saludables y practicar ejercicio pueden hacer que remita la resistencia a la insulina.
Cuando las personas que padecen diabetes tipo 2 consiguen que remita su resistencia a la insulina, les resulta más fácil mantener las concentraciones de glucosa en sangre dentro de unos parámetros más saludables. Cuando una persona tiene resistencia a la insulina sin ser diabética, el hecho de hacer revetir esa resistencia reduce su riesgo a desarrollar diabetes.
El peso es un factor muy importante en el desarollo de la diabetes. Cuídate comiendo saludable y haciendo ejercicio frecuentemente.