El cáncer de seno es una de las enfermedades que cobran más vidas de mujeres en el mundo.
Lamentablemente, el 90 por ciento de los casos de esta enfermedad no tienen explicación y se manifiestan sin causa aparente.
Sin embargo, esto podría deberse a los hábitos de alimentación incorrectos, incluso antes del nacimiento.
Un estudio del Centro Médico de la Universidad de Georgetown reveló que la ingesta de alimentos altos en grasa durante el embarazo produce cambios genéticos que incrementan el riesgo de padecer cáncer de seno en las próximas tres generaciones.
Las pruebas consistieron en dar dietas altas en grasa a un grupo de ratones. El grupo de control recibió altos niveles de aceite de maíz y el grupo experimental recibió una dieta similar a la de un humano.
Al final, ambos grupos pesaron lo mismo; sin embargo, sus consumos de energía a través de la grasa fueron diferentes:
• Grupo de control: 18 por ciento
• Grupo experimental: 40 por ciento
Además, la tercera generación de esta descendencia mostró un riesgo tres veces mayor de desarrollar cáncer de seno.
Riesgo de cáncer de seno
Las investigaciones enfocadas en este tema han descubierto que las mujeres embarazadas consumen más grasa que las mujeres que no están embarazadas.
Y ese aumento en el consumo de grasa se manifiesta en el primero y segundo trimestres del embarazo.
Por lo tanto, estos hallazgos abrirán una nueva área de investigación para tratar y prevenir este tipo de cáncer que afecta a millones de mujeres alrededor del mundo.
Una de las mejores maneras de hacerlo es evitar las dietas altas en grasa.
Como especialista de la salud, desempeñas un rol importante que puede evitar complicaciones de salud graves para tus pacientes.
Infórmalos de los riesgos que los hábitos poco saludables de alimentación tienen para su calidad de vida y la de su familia.
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