Cuando hablamos de hábitos alimenticios, nos imaginamos cosas que tienen que ver con rutina, desgaste y aburrimiento. La palabra hábito se refiere al establecimiento de patrones de conducta esquematizados durante un periodo y están construidos por rutinas.
En lo que respecta a tu alimentación, —Como ya he dicho: la base de cualquier dieta o plan alimenticio es el conocimiento del valor nutrimental de cada alimento, así también la forma de comerlos y el método de preparación, la hidratación y la cantidad de refacciones durante el día.
El adquirir hábitos positivos en decremento con los negativos puede resultar ser un agobio total, trabaja en adaptarlos naturalmente a tu día a día. No intentes cambios drásticos estos pueden terminar en errores o afianzar tus hábitos malos. La adaptación es la clave.
Adopta:
- Busca sustitutos alimenticios.
- Busca opciones light en alimentos
- Combina actividad física
- Hidrátate
- Esfuérzate por preparar tú mismo los alimentos que consumes
- Realiza tu mismo las compras del día.
- Desayuna, es el mejor alimento.
- Dedica 8 horas como mínimo a tu descanso diario.
- Busca asesoramiento en cuanto a planes de suplementación y complementos.
- Paga una inscripción a un club o gimnasio.
- Integra grasas omega a tu dieta
- Consume cereales integrales
Olvídate de:
- Elimina el alcohol.
- No abuses de azúcar y grasas.
- Evita alimentos procesados.
- Saca de tu vida las grasas trans.
- No lleves una vida sedentaria
- Elimina bebidas carbonatadas y azucaradas.
Si sigues estos sencillos pasos verás resultados visibles en muy poco tiempo, además que te sentirás muy bien y lleno de energía. La calidad en lo que comes y la manera de consumirlo es el secreto para lograr hábitos alimenticios beneficiosos para todo tu sistema.