Cuando se trata de un problema tan grave como el cáncer en la familia es importante ser honestos. Debes hablarle directamente a tu hijo o hija con honestidad, no permanezcas en silencio, esto deja solo a tu hijo(a) con sus miedos. No es necesario decir todo lo que sabes, sin embargo, no mientas, no exageres, ni ocultes la verdad. Puedes comenzar eliminando las distracciones e interrupciones. Explica como afectará la vida de tu hijo(a), y tu conocimiento de lo que sucederá. Dile a tu hijo(a), sin importar la edad que tenga, el nombre de la enfermedad, su ubicación y severidad. Trata de hablar con sensibilidad.
Cada etapa puede afectar la manera en que un niño comprende el cáncer en la familia. Sobre todos los grandes cambios que pueden haber en su vida.
Edades de 2 a 6 años, pequeños y preescolar.
En esta etapa sus mayores temores son la separación, los extraños y dejarlos solos. Puedes explicarle a tus hijos usando muñecas o marionetas. Cuando estés explicando la enfermedad y los cambios de rutina, toma en cuenta la capacidad de atención de tu hijo y mantente a su mismo nivel de comprensión.
Edades de 6 a 12 años, edad escolar.
A esta edad un niño o niña se preocupa demasiado. Evita compartir demasiada información o detalles de la enfermedad. Asegúrate de comunicar que nada de lo que él o ella haya hecho, te causo la enfermedad. Explica que él o ella no puede contraer la enfermedad que tienes.
Edades de 13 a 18 años, pubertad y adolescencia.
Un adolescente es especialmente vulnerable. Al saber de la enfermedad de un padre, puede madurar demasiado rápido, puede retroceder o incluso volverse rebelde. Si surgen problemas pide ayuda. Sin embargo es importante recordar y explicarle información detallada de la enfermedad, animarlo a que haga preguntas y responderlas con honestidad. Los hijos necesitarán de alguien más, además de la familia inmediata. Para hablar con tu adolescente, no supongas que él o ella sabe algunas cosas o que comprende totalmente las consecuencias de la enfermedad. Algunas personas entran en “estado de pánico”. Tómate el tiempo que sea necesario para explicarle las consecuencias de la enfermedad.
La conversación
Es importante hablar con tu hijo o hija en un área privada en donde no haya distracciones para que tanto él o ella tengan toda tu atención, se sientan seguros de si mismos de sus reacciones, permite que la discusión progrese naturalmente y anima a tu hijo o hija para que haga preguntas, no olvides contestarlas honestamente. El cáncer en la familia es un tema muy delicado y siempre debe tratarse como tal.