¿Te ha pasado que a veces se te antoja algo dulce y piensas en comer productos con azúcar, galletas por ejemplo, antes que en una fruta?
Quizá parezca inofensiva el azúcar que contienen estos productos, pero en realidad se trata de ingredientes que la industria alimenticia añade como estrategia para vender más y que dañan tu salud.
Antes de contarte las 3 ideas para dejar de comer este endulzante, debes entender la manera como funciona.
Cómo funciona el azúcar
El azúcar es importante para el correcto funcionamiento de tu organismo. Sobre todo, para el cerebro.
Pero, no todos los azúcares son iguales. Hay mucha diferencia entre el azúcar natural y el azúcar procesada o refinada.
El azúcar natural es la que está contenida en las frutas, verduras, lácteos y otro tipo de alimentos como la miel y la caña de azúcar, que están cargados de vitaminas que son indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
En cambio, el azúcar procesada es la que ha pasado por un proceso industrial de refinación y en el trayecto ha perdido las vitaminas y en su lugar ha sido mezclada con grasas para darle un sabor delicioso a los productos.
Sin embargo, cuando consumes azúcares procesadas, tu cerebro reacciona de la misma manera en que lo haría con drogas como la cocaína.
Esto provoca que tu cuerpo desarrolle un estado de recompensa que te puede llevar al antojo y, eventualmente, a la adicción.
Para evitar caer en estos riesgos, hay 3 puntos principales que quiero compartirte.
Tips para dejarla
1. Investiga y evalúa los daños
Si no sabías o no tenías información suficiente, es momento de hacer un cambio.
Ahora que conoces las diferencias entre los tipos de azúcar y los daños que pueden causar, es importante que actúes conforme a tus intereses y te protejas.
Investiga qué ocultan los azúcares y cómo la industria las hace adictivas, pero sobre todo, cómo afecta exactamente el funcionamiento de tu organismo y las enfermedades que desencadena.
2. Pon fecha límite
Cuando me di cuenta de esto y quise intentar eliminar el azúcar procesada de mi dieta, me costó mucho trabajo dejarla.
Pensaba en mi café favorito y en los postres que tanto me gustaban, pero tenía que actuar para sentirme mejor.
Una vez que te deshaces del endulzante refinado, puedes disfrutarlo de vez en cuando y en intervalos poco frecuentes.
3. Encuentra una razón
Piensa, ¿por qué quieres dejar de consumir el endulzante?
Y hay varias razones muy poderosas para lograrlo. Dos muy importantes son: Para bajar de peso y para no desarrollar enfermedades de alto riesgo.
Si ya conoces la forma en la que el consumo de azúcar dificulta tu pérdida de peso y si quieres sentirte mejor y cuidar tu salud, sólo toma en cuenta que quieres hacerlo y te motivarás para lograrlo.
Revisa todas las etiquetas de lo que comes para identificar si un producto te ofrece ingredientes saludables o no.
Recuerda que muchos productos tienen efectos ocultos y son más dañinos de lo que parecen.
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