Tal vez tenga un buen estado de salud y sin sobrepeso. Si es así, entonces puede pensar que no hay necesidad de que siga un plan de alimentación saludable. Si se siente genial, ¿por qué va a preocuparse por lo que come? Aun así, el seguimiento de una dieta nutritiva debe ser una decisión inteligente que tomen todas las personas independientemente de su estado actual de salud.
Vale la pena primero aclarar algunas confusiones. Parece que todos los días aparecen nuevas dietas e información sobre alimentos más saludables que otros. Pero si revisa, mucha de la información que circula resulta contradictoria entre sí. Ello no significa que usted pueda seguir comendo de la manera desordenada en que lo está haciendo.
Un buen ejemplo de esto es la grasa en nuestra dieta. Hubo un tiempo, no hace mucho, que la grasa era el enemigo número 1 de los alimentos. Los fabricantes se apresuraron a lanzar versiones bajas en grasa de algunos de productos populares y la gente se volcó a consumirlos. ¿Y qué ha pasado con la cintura de las personas? No ha reducido, incluso la población tiende cada vez más a la obesidad. Se ha impuesto la idea de que se necesita menos grasas para estar más sano. Pero no se ha educado en que hay diferentes tipos de grasas. Las grasas trans y grasas saturadas deben evitarse. Aunque un poco de la saturada es aceptable, las grasas trans deben eliminarse por completo. Pero las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas se puede disfrutar con moderación y tienen algunos beneficios para la salud.
La siguiente a tener en cuenta son los alimentos refinados. Haga lo que esté a su alcance para comer alimentos lo más cercano a su estado natural como sea posible. Puede llevar esto un paso más allá, retirando de su dieta aquellos que contienen ingredientes que suenan a resultado de un experimento de química (los que incluyen sacarina, por ejemplo). La harina blanca, el azúcar y otros carbohidratos simples son algunos de los ejemplos más comunes de los alimentos refinados que no deben aparecer en un plan de alimentación saludable.
Por último, darse pequeños gustos ocasionalmente también resulta importante para aminorar la fatiga de un programa tan disciplinado. Trate de encontrar alternativas saludables para la comida chatarra que acostumbraba. Una ocasional hamburguesa con queso o un puñado de papas fritas no le hará daño, mientras no lo consuma 2 veces por semana. La clave está en hacer cambios que pueda seguir e ir dando pasos cortos hasta habituarse a llevar un estilo de vida más saludable.