Esta es de las mayores debilidades que tenemos. Estamos más que acostumbrados a comer con bebidas dulces y el agua, parece que en verdad no nos gusta.
Es una realidad. Así que ahora veamos qué otras cosas esconde esa verdad.
Si te encanta el batido de fresa Starbucks, ese que se anuncia que tiene “un plátano entero, puré de fresa natural, leche, una mezcla especial de polvo de proteína de suero de leche y fibra”, en realidad te estás tomando la misma cantidad de azúcar de casi dos chocolates con leche de Hershey, 41 gramos de azúcar para ser exactos.
Además, como la fruta se mezcla, el azúcar se absorberá más rápido en el torrente sanguíneo.
Si lo que se te antoja es un chocolate, mejor escoge chocolate obscuro o un chocolate caliente que refuerce los antioxidantes con polvo de cacao en bruto. Si es la fruta lo que anhelas, comete la fruta real.
Pasando a los Jugos. El jugo prensado en frío tiene un poco más de nutrientes debido a que no se aplica calor en el proceso de extracción de jugo (por eso se lo llama “en frío”), pero igual terminarás bebiendo azúcar extra que no necesitas. Si prefieres tomar jugos, hazlo con moderación y escoge jugos que tengan más verduras que frutas.
En el caso del alcohol.
Las bebidas alcohólicas tienen muchas calorías. Además, cuando bebemos alcohol, nuestro cuerpo se enfoca en metabolizar el alcohol antes que cualquier grasa.
Evita los cócteles azucarados y los mezcladores pre-empaquetados.
Y sobre la leche. No, no necesitas un vaso de leche todos los días para tener huesos fuertes. Una taza de leche entera tiene casi 150 calorías y 13 gramos de azúcar provenientes de la lactosa. Si amas el café pero no te gusta negro, intente reducir la leche poco a poco.
Ten cuidado con las bebidas “deportivas”. El hecho de que tengan palabras como “saludable”, “fitness”, “slim” o “sports” no significa que sean bajas en calorías o buenas para tu salud.
Revisa las etiquetas de estas bebidas (Gatorade, Powerade, Vitaminwater, etc.) antes de tomártelas. Busca palabras clave que deberías evitar como jarabe de maíz, dextrosa, fructosa, concentrados de jugos de fruta, jarabe de malta y jarabe de azúcar.
La mayoría de las calorías que consumas deben venir de alimentos reales y no de bebidas azucaradas.