Cada vez que leemos o vemos la palabra “súper alimentos”, algo sentimos dentro de nosotros. Una pequeña sensación de alivio por estar comiendo eso y no otra cosa que pueda estar haciéndonos daño.
Y la verdad es que ese sentimiento no es en vano. Muchos de estos súper alimentos siempre van a ser mucho mejor que cualquier otra opción más procesada o frita que podamos encontrar.
Pero no son alimentos perfectos. Hay que separar mito de la realidad. No para dejarlos de comer. Pero para tener toda la información real y poder tomar mejores decisiones a la hora de ver que entra y que no a nuestro plato.
Vamos a ver algunas cosas que no nos dicen de los súper alimentos más famosos.
- Quinoa: Su alto contenido en fibra que a veces puede ser una bendición, también es la razón de que a veces nos irrite el estómago. Existen muchos reportes de personas que se sienten hinchados y hasta tienen mucho gas después de comerla.
- Agua de coco: A pesar de ser muy baja en calorías, una porción de esta deliciosa bebida tiene alrededor de 3 cucharadas de azúcar. Que es la mitad de lo que se recomienda diariamente.
- Ballas Acai: Muy famosas por tener muchos antioxidantes. Pero cuidado, el otro mito que las rodea donde se afirma que sirven para bajar de peso, jamás ha sido probado. Han habido algunas investigaciones, pero no se ha determinado nada concreto.
- La col rizada o Kale: No sé exactamente como esta verdura obtuvo tanta fama y sí, es muy, muy nutritiva, pero no más que otros vegetales. Al igual que otros, contiene muchísimas cosas buenas para ti, pero no tiene ninguna propiedad más sobresaliente que otros vegetales.
- Chía: Estas semillas son todo un manjar. Y mientras que sí están a tope de Omega-3, su proceso dentro del cuerpo humano no termina siendo tan bueno al absorberlo como al del salmón, por ejemplo. Y sí tienen un alto contenido calórico.
Nuevamente, no dejes de comer estas súper comidas, que claro que son muy buenas para ti, pero no creas que todo el trabajo lo van a hacer estos alimentos. Hay que tener la información correcta para poder tener un buen balance en lo que termina en nuestro plato.