Hoy te compartimos el testimonio Cambridge de Martha: su historia de pérdida de peso con nuestro plan de alimentación-
La verdadera historia de Martha
Casi toda mi vida he tenido sobre peso. Sin embargo en algún punto perdí el control y simplemente seguí subiendo de peso hasta que llegué a pesar 153 kg. Durante varios años estuve pesando más de 100 kg lo que me generó todo tipo de problemas.
Decidí ponerme a dieta porque ya casi no podía moverme. Caminaba 100 metros y me sofocaba. Mi madre, de más de 80 años de edad, tenía mejor condición física que yo y me ayudaba a cargar cosas o a llevar cosas de algún lugar a otro. Yo no podía siquiera sacar a pasear al perro sin sentirme mal. Le daba una vuelta al edificio y regresaba de pasear al perro agotada. Para caminar me faltaba el aire, me era casi imposible subir una escalera, lo que limitaba mucho mis actividades. No podía sentarme en el piso a jugar con los niños. La falta de movilidad me lo impedía y en caso de hacerlo, después no podía levantarme. Me era imposible planear unas vacaciones pues mi condición física y la falta de movilidad me lo impedían.
A mi familia y a mis amigos les daba pena salir conmigo, incluso a un centro comercial. La gente me miraba cómo si yo fuera un fenómeno y al querer entrar a comer a un lugar no cabía en las mesas o sillas. Los espacios para los sanitarios resultaban tan pequeños que yo no podía moverme. Me era muy incómodo querer viajar en avión. Simplemente no cabía en el asiento. De manera constante estaba cargando a otra persona y eso me agotaba. En algún punto sentí que si no bajaba de peso, entonces iba a morir. Fue así como me decidí a ponerme a dieta.
Desde hace muchos años, más de 25, me resultaba imposible comparar ropa de mujer debido a que en México no hay ropa de mujer en tallas grandes. Sólo podía comprar ropa de hombre y por lo general las tallas más grandes, sin poder escoger nada. Sólo pidiendo el tamaño más grande que hubiera en la tienda. En algún momento la ropa grande de hombres tampoco me quedó y tuve que mandar a hacer algo de ropa. En México me era imposible conseguir ropa de mi tamaño. Para mí hacer una maleta para viajar era un problema. Necesitaba una maleta muy grande y le cabía muy poca ropa. Además de que mi maleta siempre pesaba mucho, esto debido al gran tamaño de la ropa que debía usar.
Físicamente he mejorado de una forma increíble. Mi salud ha mejorado notablemente. Ya padecía de presión arterial alta y ahora estoy muy bien. Actualmente puedo caminar, subir escaleras, y tengo mucha más movilidad. Eso me da otra perspectiva de cómo vivir mi vida. Es increíble pero ya me sentía muy vieja y ahora me siento rejuvenecida y con ganas de vivir la vida.
Ha mejorado tanto mi condición física que ahora no sólo puedo sacar a pasear al perro, sino que ahora estoy caminando 5 km todos los días. Me siento tan bien físicamente que ahora duermo menos horas. Antes dormía mucho tiempo por la noche y hacia siestas durante el día debido a que me agotaba el trabajo de moverme. Ahora me muevo con mucha facilidad y no necesito tantas horas de sueño.
Con esto de dormir menos, ahora duermo lo normal para una persona adulta. El día tiene más horas para mí. Puedo aprovechar más los días gracias a la energía que tengo, a la condición física que tengo, a que duermo menos horas, pero sobre todo a que ahora soy feliz.
No me había dado cuenta de que el sobrepeso me causaba infelicidad. Ahora que me siento como una persona normal, me doy cuenta de que la vida se puede disfrutar.
Hace tanto tiempo que tenía sobre peso que ya me había hecho a la idea de que no podría tener ropa de mujer. Ahora disfruto la posibilidad de comparar ropa y de sentir que me veo bien. Me siento bien conmigo misma. Con la posibilidad de verme bien y con la gran oportunidad de poder disfrutar cosas nuevas de la vida.
Al bajar de peso y comenzar a verme mejor, me anime a cortarme el cabello y preocuparme más por mi apariencia.
Cuando llegué a mi peso ideal pude comparar ropa. La sensación de comparar la ropa que me gusta y no sólo la ropa que me queda es una sensación increíble que yo no había tenido la oportunidad de vivirla desde hace mucho.
Escoger la ropa que voy a utilizar es una sensación completamente nueva para mi. Además de que ahora me puedo dar el lujo de no comprar algo de ropa si no me gusta. Comprar ropa para mi es toda una experiencia nueva, antes no podía comprar ropa de mujer, ahora puedo escogerla y ver si me gusta cómo se me ve puesta.
Ahora tengo más seguridad, no me gustaba que la gente me viera, ahora me gusta verme bien y me gusta que los demás me vean. Los amigos que no me vieron durante mucho tiempo ahora no me reconocen.
La dieta de Cambridge ha sido maravillosa para mí. Pues significó encontrar una forma de bajar de peso que no es lenta y que no me deprime al medir las porciones. Además la forma en que están hechos los productos permite tener una gran movilidad lo que hizo que mi vida social y laboral no se viera afectada por este proyecto de bajar de peso. Es muy cómodo no tener que pensar en la comida. Sientes que comes poco pero los resultados son muy motivantes además de que es emocionante.
Me resultó un poco difícil hacer la dieta pues socialmente a la gente le incomoda salir a un restaurante y ver que tu no vas a comer. Esto incluso afectó un poco mi vida social pues por ejemplo los compañeros de trabajo se ponen de acuerdo para salir a comer o tomar una copa y no me dicen pues les incomoda que yo no quiera comer.
Para mí ha significado reinventarme, estoy disfrutando cosas que antes no podía disfrutar. Estuve tanto tiempo con un gran sobre peso que mi cerebro aún no se acostumbra a mi nueva forma de cuerpo. Cuando me voy a sentar aún pienso si la silla será lo suficientemente sólida para soportar mi peso. Se me olvida que ya estoy en el peso de una persona totalmente normal. Me doy cuenta de que cuando camino, por ejemplo en un restaurante entre las mesas siento que no voy a caber entre las sillas, que los espacios son muy reducidos. La realidad es que los espacios están muy bien de tamaño y que ahora yo no soy exageradamente grande. Soy totalmente normal.
En mi familia ha pasado algo sensacional. Ahora que he bajado de peso les he logrado transmitir lo importante que es la salud y ellos también están motivados para bajar de peso. Esto ha pasado también entre mis amigos y con compañeros de trabajo. Ha habido grandes cambios en mi familia en lo que respecta a la alimentación. Ahora estamos motivados aprendiendo a hacer ensaladas y comida sana. Hemos dejando a un lado la comida rápida y otras cosas que sólo engordan y no alimentan. Gracias a la dieta de Cambridge ahora veo la comida de forma diferente.
Para mi Cambridge ha significado un cambio de vida. Ahora tengo otra perspectiva para enfrentar la vida.
Todo esto no habría sido posible sin mi consultora de Cambridge. Es una persona maravillosa que me acompaño durante todo el proceso. Que me apoyo cuando estuve a punto de flaquear. Pero lo más importante es que, es la primera doctora que conozco que se dedica a ayudar a la gente a bajar de peso y que se preocupa por la persona y por los problemas de la persona.