Una nueva forma potencial para combatir las enfermedades relacionadas con la obesidad se ha descubierto. Gracias a la investigación casual de la Case Western University School of Medicine. Los colaboradores de la Universidad Case Western Reserve, la Fundación Cleveland Clinic y la Universidad de Cornell, descubrieron que la vitamina E es un nutriente esencial que puede aliviar los síntomas de enfermedades del hígado causadas por la obesidad.
Enfermedad hepática
“Las implicaciones de nuestros hallazgos podrían tener un impacto directo en la vida de los aproximadamente 63 millones de estadounidenses que están en riesgo potencial de desarrollar enfermedad hepática relacionada con la obesidad en su vida”, dice Danny Manor. Un profesor asociado en la Universidad Case Western Reserve Facultad de Medicina.
Manor y su colega Varsha Thakur presentaron sus conclusiones en la reunión anual de la Sociedad Americana de Bioquímica. Se celebró conjuntamente con la reunión de Biología Experimental 2013 en Boston.
La investigación
Como suele ser el caso en la ciencia, el equipo de investigación tropezó con las conclusiones por accidente. Mientras estudiaban el efecto de la deficiencia de vitamina E en el sistema nervioso central. “Se utilizó tejido hepático para practicar nuestras técnicas quirúrgicas”, recordó Manor. Para sorpresa del equipo, los ratones estaban en las etapas avanzadas de la esteatohepatitis no alcohólica. Conocido como NASH, para abreviar. Es una complicación común de la obesidad se caracteriza por la acumulación de grasa, el estrés oxidativo y la inflamación en el hígado. Es la forma más grave de la enfermedad de hígado graso no alcohólico y es una causa importante de cicatrices en los tejidos conocida como cirrosis que conduce a la insuficiencia hepática y puede progresar a cáncer de hígado.
Había sido demostrado por estudios recientes que la vitamina E sirvepara aliviar algunos síntomas de la EHNA en pacientes humanos. Esto sugiere que existe una relación entre los niveles adecuados de vitamina E y enfermedad hepática. Para probar esta hipótesis, el equipo estudió un ratón que fue diseñado a carecer de una proteína que regula los niveles de vitamina E en el cuerpo. Como era de esperar, se observó un aumento del estrés oxidativo, la deposición de grasa y otros signos de lesión hepática en los ratones. Es importante destacar que “la suplementación con vitamina E evita la mayoría de los síntomas relacionados con EHNA en estos animales, lo que confirma la relación entre la deficiencia de vitamina E y enfermedad del hígado.”
Los efectos precisos de la vitamina E sobre la salud han sido previamente difícil de determinar. Aunque sus propiedades antioxidantes se sugirieron para ofrecer cierta protección contra una variedad de enfermedades conocidas. Incluyendo enfermedades del corazón, cáncer y enfermedades neurológicas como el Alzheimer y la enfermedad de Lou Gehrig (la esclerosis lateral amiotrófica, o ELA).
El consumo de vitamina E
“Estos hallazgos pueden tener un impacto significativo en la salud pública”, dice Manor. “La gran mayoría de los adultos en Estados Unidos no consumen la cantidad de vitamina E recomendada.”
Para los adultos, la cantidad diaria recomendada de vitamina E es de 15 miligramos al día. Los aceites vegetales, frutos secos y semillas, verduras de hoja verde y cereales fortificados comúnmente contienen vitamina E.
“La intervención dietética simple y asequible puede beneficiar a las personas en situación de riesgo para esta enfermedad debilitante”, dice Manor.
Actualmente no existe tratamiento para la NASH. Por lo que es una de las razones más comunes para un trasplante de hígado. Manor también señala que “lleva a cuestas NASH en las dos grandes epidemias de nuestro tiempo: la obesidad y la diabetes tipo 2.”
La importancia del estudio
La obesidad afecta a más de un tercio de los adultos y una sexta parte de los niños en EE.UU. Mientras que casi uno de cada 10 estadounidenses hoy en día sufre de diabetes. Las tasas han estado subiendo en las últimas dos décadas. Para Manor, la importancia de los hallazgos de su grupo no es sólo la posibilidad de que van a ayudar a aquellos que están actualmente enfermos, sino que también pueden “afectar a muchas personas que se encuentran sanas, pero corren el riesgo de convertirse en obesos o diabéticos en el futuro”.
Manor cree que el descubrimiento de su grupo será clave para determinar los detalles moleculares de la propia EHNA. “En este momento, realmente no entendemos cómo NASH progresa de daño hepático leve hasta una insuficiencia hepática grave“, dijo. “Nuestros resultados nos permitirán diseccionar las diferentes etapas de esta progresión. Así como estudiar cómo el estrés oxidativo afecta la función del hígado en general. Dando posibles penetraciones en otros trastornos relacionados.”