En esta vida todo es posible. Lo único que no podemos evitar es la muerte. ¿Quieres triunfar? Entonces elimina de tu mente y diccionario las excusas.
¿De dónde vienen?
Los pretextos nunca faltan ni sobran; desde niños aprendemos a inventarlos. Van desde “No hice mi tarea porque…” hasta “Llegué tarde a la junta debido a que…”. Yo lo veo como una forma “sutil” de evadir responsabilidades o no querer afrontar realidades.
Todas las excusas buscan justificar los errores que se cometieron. El hombre siempre ha temido ser señalado o criticado, por eso muchas veces es más fácil poner un sinfín de pretextos para explicar alguna situación, un fracaso, tropiezo o simplemente para cumplir con nuestra palabra.
Escribo de este tema porque cuando conozco a nuevas personas observo que muchas de ellas han perdido su sentido de vida e incluso han dejado de luchar por sus sueños al hacer de las excusas sus mejores aliadas, ya sea que lo hagan consciente o inconscientemente.
El problema
Lo gracioso es que lo único que todos estos pretextos parecen tener en común es que logran su cometido: que las personas se queden estancadas, se auto saboteen e incluso que hagan de ellos un estilo de vida.
La excusa parece ser un tipo de enfermedad que no nos permite avanzar, nos atrapa y muchas veces se vuelve nuestra compañera de vida. Con los años he descubierto que el mejor medicamento para atacar este mal consiste en dejar de usarlo y asumir la responsabilidad de cada una de nuestras acciones y de nuestros resultados. Recordemos que nadie es responsable de nuestra existencia.
Todos conocemos a alguien que vive culpando a los demás por sus fracasos. Y seguro muchas veces tu papel de salvador/a sale a relucir. Yo interpreté durante muchos años el papel de salvadora y lo único que aprendí fue que el poder de la decisión y el cambio están en uno mismo.
Las excusas parecen ser en ocasiones nuestro salvavidas para salir de cualquier tipo de situación. Lo que a mí más me llama la atención es que, hasta para enviar un correo o mensaje, la gente utiliza las excusas.
Hoy en día cuando alguien comenta que no tiene tiempo ¿en realidad le crees? A mí me cuesta trabajo pensar que esto es posible ya que, aunque no le interese, todos podemos hacer lo imposible para sacarle al día 28 horas. Lo mismo con las redes sociales, ya que todos tenemos un minuto para enviar un tuit o actualizar el estado de Facebook.
Todo emprendedor debe tener la habilidad del manejo del tiempo, debido a que indirectamente estamos construyendo nuestra propia marca con las acciones. Recuerda: Todo triunfador y soñador es libre de excusas.