El día de hoy es cuando más necesitamos ponerle atención a nuestra mente. Y ello sólo significa dedicarle algo de tiempo.
Vivimos en la época de las fechas límites, la inmediatez, la falta de tiempo y una carga de estrés en la cotidianidad, como probablemente no se haya visto antes.
Ser feliz es una decisión, pero para que no nos coman todas las presiones que tenemos a diario, hay que entrenar. Déjame te comparto lo que a mí me ha servido 🙂
Los beneficios de la meditación son amplios y seguramente ya conoces varios. Has escuchado y leído en muchos lugares sobre lo bueno que es.
Pues no se equivocan. Meditar nos ha ayudado como especie por cientos de años a ir más allá del estrés que una mente desatendida puede generar.
Si piensas que no tienes tiempo para hacerlo, entonces esa es tu mejor señal para saber que ¡necesitas hacerlo!
No tiene que ser una supermeditación extensa, con unos simples 10 minutos tienes y tampoco tienes que estar sentada de piernas cruzadas. Puedes estar acostada, sentada en una silla o sillón o como tú quieras. Mientras estés cómoda y puedas concentrarte a gusto.
El meditar puede tener muchos fines y tú puedes escoger los que tú quieras. Es muy fácil perderse en toda la información que hay sobre el tema hoy en día. Puedes desde buscar una experiencia más espiritual, atender algún problema o situación que requieras pensar o simplemente calmarte calmando la mente y encontrando un pequeño momento de paz 🙂
Meditar ayuda a:
- Reducir el estrés y la ansiedad
- Tiene la capacidad de activar el sistema nervioso parassimpático (responsable del descanso y la reparación).
- Da claridad a tus pensamientos y propicia menos desorden mental.
- Ayuda a regular la presión arterial alta.
- Ayuda a mejorar el sueño (haciéndolo más relajado y profundo).
¿Cómo meditar? Muy sencillo
- Apaga tu celular, TV, computadora y ponte cómoda, ya sea sentada, acostada, en una silla, etc.
- Cierra los ojos y respira muy hondo, sostén la respiración uno o dos segundos y suelta el aire.
- Trata de concentrarte exclusivamente en tu respiración. Si no puedes, no te apresures ni seas muy dura contigo mismo. Contar los respiros ayudan a centrar tu atención.
La intención de esta forma muy sencilla te meditación, es simplemente relajarte y aprender a enfocar tu mente. Así podrás disfrutar de todos los beneficios mencionados y poco a poco irás más profundo en tu mente para conocerte mejor.
Ya que domines esto, en esos 10 minutos y te desvíes de tu respiración, podrás aprender a ver tus problemas desde otra perspectiva porque ahora controlarás mejor tus emociones.