La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble que favorece la prevención e inclusive la recuperación de distintas enfermedades. Pero el cuerpo no tiene la capacidad de producirla.
Dentro de las diversas funciones de la vitamina C encontramos:
- Mantener el colágeno, que es una proteína fibrosa necesaria para formar tejido conectivo de la piel, los ligamentos y los huesos. Por lo que es importante en la recuperación de heridas y quemaduras debido a que facilita la cicatrización.
- Participa en la formación de glóbulos rojos y en la prevención de hemorragias, de esta forma ayuda en la recuperación de cirugías y padecimientos como la anemia.
- Combate las infecciones bacterianas y reduce los efectos de ciertas sustancias producidas por las alergias. Comúnmente esta vitamina se usa para prevenir y tratar los resfriados.
- Se relaciona con el metabolismo de minerales como el calcio, ácido fólico, entre otros. Además que aumenta la absorción intestinal de hierro.
- Favorece el manejo de situaciones estresantes. Existe una glándula para la formación de adrenalina (Glándula adrenal) donde encontramos grandes cantidades de vitamina C. Y en situaciones de estrés los niveles de ácido ascórbico aumentan rápidamente para favorecer una reacción oportuna.
Las frutas y verduras son las mejores fuentes de vitamina C, el cuerpo no tiene la capacidad de producirla.