Una encuesta que se realizó recientemente en Estados Unidos, nos ha dejado boquiabiertos. Se encuestaron 800 mujeres para tratar de entender si en verdad pensaban que perder peso algo que las haría feliz.
Parece que vivimos en un mundo donde hay muchos malentendidos en la relación que existe entre estar o ser saludables, la felicidad y lo que se necesita para lograrlo.
Analicemos que es lo que dicen las mujeres en EUA.
En inicio, el 77% de las mujeres encuestadas concordaron que “si perdieran (x cantidad) de kilos, se sentirían diferente a cerca de ellas mismas”.
Esto no llega con mucha sorpresa. Pero hay que entender algo. El ideal de la mujer en nuestra sociedad, es un estereotipo que poco puede tener con el hecho de ser saludable. Y más con otras cosas que vale la pena cuestionarnos.
Al estar siempre expuestas a estos estereotipos a través de todos los medios, entretenimiento y etc., es muy normal que muchas personas asocien el “estar más flaca con ser feliz”.
51% creyeron que tenían que hacer un sacrificio considerable para poder perder peso.
Aquí se partió la información:
- 43% dijeron que sacrificarían su comida favorita
- 36% no quisieran sacrificar nada
- 17% las salidas con sus amigas
- 4% salidas con sus parejas
Cuando se les preguntó que, si su felicidad estaba relacionada con su apariencia física, solo el 43% dijo que sí. En comparación, cuando se les preguntó si a su vez podía estar atada a sentirse saludable, un buen 80% dijo que sí.
Esta simple diferencia nos da mucha esperanza para el futuro. El preocuparse más por una apariencia física que por la salud puede tener muchas consecuencias psicológicas y físicas por los extremos en los que se pueden caer.
Preocuparnos por nuestra salud, aprender a comer, hacer ejercicio, etc., es en verdad preocuparnos por nuestro bienestar real.
No hay porque descuidar nuestro físico. Pero tampoco hacerlo el centro de lo que buscamos. Hay cosas en juego mucho más importantes que superficialidades como esa (por ejemplo ¡tu salud!)
