Posiblemente una de las razones más importantes si estás comiendo de más es la ansiedad. Esta a su vez detona algunas otras conductas compulsivas en la manera de comer. Ocurre cotidianamente, y aunque procuramos cumplir con las comidas diarias, siempre tenemos la sensación de un vacío que llenar. El enigma se resuelve teniendo en cuenta la cantidad y calidad de sueño que logramos en descansando.
Como ya lo habíamos explicado la fase nocturna funciona como un restaurador natural y regulador químico, dónde se liberan hormonas que controlan el apetito:
- Leptina: Es liberada cuando tienes una calidad de sueño óptima descansando de 7 a 8 horas diarias, haciéndote sentir satisfecho durante el día.
- Ghrelina: Su presencia es asociada con horas de sueño pobres o intermitentes, insomnio y estrés. Causará que te sientas hambriento.
Es propio de nuestra especie tener hambre todo el día. La saciedad es controlada dese el cerebro y nos estimula a buscar alimento para preservar la vida. Estamos condicionados a tener más hambre según las demandas energéticas que la actividad demanda.
Lo importante es incluir refrigerios saludables, como verduras crudas, nueces o frutos secos. Además de “engañar al cerebro” estos alimentos contienen elevados aportes nutritivos y te harán sentir satisfecho.
Duerme bien, ahí está la clave para bajar de peso, construir músculo y tener energía para una nueva jornada.
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