“O sea, sí traigo una súper panza, pero no estoy gorda, estoy hinchada”
¿Les suena familiar? Bueno, ES VERDAD.
¿Quién no se ha sentido alguna o muchas veces incómodo o molesto por la desagradable sensación de sentir su vientre hinchado? La distensión abdominal, o vientre hinchado, puede producirse tanto en personas delgadas como gorditas.
Nos hace sentir incómodos, pesados, adoloridos, nos aprieta la ropa, estamos más irritables, nuestro ritmo intestinal se altera y nos estresa y obsesiona el hecho de que no luzcamos un vientre plano. (No, no siempre es la menstruación)
Bueno, hoy te diré Qué lo causa y cómo se le puede poner remedio a tan terrible malestar.
1. Estás Comiendo Muy Rápido
Cuando comes muy rápido, casi hasta llenarte, tienes un riesgo muy grande de sufrir sobrepeso. Este vínculo se explica en parte por la sensación de saciedad, que tarda entre 20 y 25 minutos en llegar del estómago al cerebro. Por ello, cuando comes rápido, sientes hambre incluso tras ingerir suficiente alimento como para estar satisfecho. Además, al comer de ese modo, tragas más aire, lo que explica en parte la hinchazón abdominal. Al no masticar lo suficiente, los alimentos ricos en carbohidratos que requieren mezclarse con la saliva para predigerirse (por acción de las enzimas salivares) llegan casi intactos al intestino y su digestión provoca fermentaciones que se traducen en indeseables gases; Los cuales nos “hinchan“.
2. Estás Tomando Muchas Bebidas Gasificadas
Esto ya lo sabías: Tomar refrescos con gas hincha el vientre. Si además son azucarados, se ingieren “calorías vacías” que suman energía y contribuyen a ganar peso. El agua con gas, aunque no tiene calorías, también puede provocar esa sensación de tripa hinchada, más si se toma durante las comidas.
3. No Estás Consumiendo Ensaladas
¡Seamos honestos! ¿Hace cuánto que no comes ensaladas? Si no acostumbras a comer muy seguido verduras, tenemos un problema. Las enzimas de los alimentos se destruyen, en gran medida, por la acción del calor, es decir, al asar, cocer, calentar o freír los alimentos. Cuando no se tiene la costumbre de comer ensaladas y fruta fresca, con el tiempo se puede perder fuerza digestiva por escasez de enzimas digestivas. Y ya sabemos lo que pasa: Sí, te inflas.
Algunas infusiones como la de hinojo, manzanilla o menta son especiales para aliviar esa sensación de hinchazón. Aunque nos encanten, la verdad es que reducir la sal en las comidas es muy importante, no solo para disminuir la distensión abdominal, sino en general para nuestra salud. Aumenta la ingesta de agua diaria (mínimo dos litros de agua) y toma bebidas diuréticas para sentirte más ligera.
Y en general, ten una vida más saludable. Recuerda que para cambiar al mundo, primero tienes que cambiar tú.