Todos quisieran bajar de peso con solo pensarlo. Si ha probado todas las dietas saludable del planeta y hasta el programa de ejercicios del último gurú del fitness sin conseguir su propósito de reducir de peso es probable que necesite hacer una revisión no de lo que come y hace su cuerpo del cuello para abajo, sino del cuello para arriba.
Conviene dejar en claro que la pérdida de peso con éxito no ocurre por sí sola ni de la noche a la mañana. Del mismo modo que tampoco le tomó un día alcanzar el sobrepeso con el que cuenta. Téngalo presente y dese tiempo para poder apreciar resultados medibles.
Comience una charla consigo mismo, y habitúese a esta conversación de modo que su cerebro la ejecute de forma continua. ¿Qué tipo de conversación mantiene? ¿Qué tipo de diálogo interno negativo le ha impedido alcanzar sus objetivos de pérdida de peso en el pasado?
La buena noticia es que puede cambiar el rumbo de aquellas cosas que no han funcionado. Es cuestión de decidirse. Nunca es demasiado tarde para empezar a reprogramar su motivación para comenzar un nuevo programa para la pérdida de peso.
Un buen punto de partida es empezar con afirmaciones positivas, que pronunciadas en voz alta con autoridad y convicción influirán positivamente en su actitud, centrarán su pensamiento y darán lugar a un curso de acción que le ayudará a convertirse en la persona que quiere ser y tener las cosas que desea tener.
Escriba sus afirmaciones y propósitos de pérdida de peso en un papel. Puede ser algo como: “Quiero perder 10 kilos antes de Navidad.” Esa es una meta digna y asequible. Pero tenemos que atender la estructura de la oración.
En primer lugar, “Quiero”, da la impresión de que lo que se desea está siempre en el futuro. Con el fin de volver a programar su motivación interior tiene que engañar a su mente haciéndole creer que ya ha alcanzado el éxito que busca. Así es como funciona su mente subconsciente, pues no tiene la capacidad para entender el concepto del tiempo. Todo está en este momento, aquí y ahora. Cuando le dice a su mente subconsciente que usted “quiere”, eso es exactamente lo que conseguirá. A menos que cambie su grabadora mental, va a lograr exactamente lo que usted le está diciendo a su subconsciente. “Quiero perder 10 kilos.” y se mantendrá en ese “querer” para el resto de sus días a menos que lo piense de otra manera.
Si su peso es de 80 kilos y desea llegar a los 70, no es muy difícil decirse a usted mismo diariamente: “Estoy sano y en forma, peso 70 kilos”. Es muy importante que su afirmación sea clara. Lo que se afirma es exactamente lo que su mente subconsciente le traerá. No se limite a una sola afirmación. Escriba todas las necesarias que le ayuden en su propósito. Por ejemplo: “Disfruto de mi nuevo plan de dieta saludable” o “Me encanta la rutina de ejercicios que hago”.
Escriba y reescriba hasta que esté absolutamente seguro de que ha escrito sus objetivos de reducción de peso en el “aquí y ahora”. Representando exactamente lo que desea. Sólo entonces comience a pronunciarlas en voz alto y varias veces al día. Recuerde que debe utilizar el tiempo presente. “Reconozco los logros en todas mis metas de pérdida de peso”, “Tengo la habilidad y el talento para hacer ejercicio todos los días”, “Soy un ganador”.
Al principio se sentirá torpe e incómodo y quizás no sienta o crea lo que está diciendo. No se detenga y siga hablándose en voz alta y con convicción. Ya ha invertido mucho tiempo acostumbrando a su subconsciente a hablar negativamente así que hay que dedicar tiempo para ejercicios de reeducación hablando en voz alta, con firmeza y confianza. Al punto de que se sorprenda de los cambios que van ocurriendo a su alrededor.
Usted no se sube por primera vez a una bicicleta y consigue darle tres vueltas a la calle. Toma primero tiempo en adquirir la habilidad para mantener el equilibrio sobre las dos ruedas. Esto le implicará un poco de práctica también. Continúe repitiendo sus afirmaciones en voz alta varias veces al día durante un mes y descubrirá lo mucho que cambia su forma de pensar y actitud.
Lo importante es tomar medidas: no haga nada, y nada sucederá. Haga algo y muchas cosas se pondrán en movimiento.