Para estas celebraciones de fin de año que cada vez están más cerca, lo mejor es tener una estrategia para tratar de mantenernos lo más saludables posibles.
Escoge bien los que vas a comer.
No te dejes llevar por todas las opciones que seguramente vas a tener. Y sí, todo puede verse delicioso, pero acuérdate que NO tienes que probar todo.
Empieza por lo que se te antoje más y disfrútalo. Saboréalo y mastica despacio.
Añádele vegetales y frutas.
Lo que buscas haciendo esto, es agregar fibra a la comida.
Esto ayuda a que el estómago se vacíe un poco más lento, pero a que todo fluya como tiene que fluir. La fibra ayuda a retener un pequeño porcentaje de las grasas en la comida para luego desecharlas.
Deporte todo el año.
La Navidad es buenísima para dejar de hacer ejercicio. Entre el clima, los festejos y que más, lo tomamos tradicionalmente como un momento para descansar.
Pero esta es una de las razones principales por las que nos descuidamos tanto. Hacer ejercicio constante ayuda desde a movilizar el intestino, como a eliminar toxinas, un hábito que no podemos darnos el lujo de perder.
Contrarresta los excesos.
Va a pasar, va a llegar un momento donde no podamos sacarle la vuelta a una comida muy abundante. Después de esto trata de comer más verduras. Si comes mucha carne, la siguiente comida trata de comer proteínas de otro lado, como huevo, pescados, etc. Toma mucha agua para seguirle dando movilidad a tu estómago y mantenerte hidratad@ y recuerda cenar ligero cuando puedas, ya que en la noche comienzan muchos procesos importantes que se benefician de un estómago lleno, pero no abultado.
Evita tentaciones.
Tal vez un poco idealista, pero mira, hay una táctica muy efectiva.
No pongas comida en la mesa antes de comer para tratar de evitar el famosísimo picoteo de siempre.
Si sigues estos consejos rigurosamente durante esta temporada, no tendrás tanto de que arrepentirte cuando termine el año 🙂