Muchos estudios médicos han vinculado a la obesidad con el cada vez mayor número de personas diagnosticadas con riesgo de padecer diabetes.
Hay dos tipos de diabetes: la diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2. El primer tipo es también conocido como diabetes juvenil y suele diagnosticarse en la infancia. En este caso las células del páncreas son incapaces de producir suficiente insulina. En la diabetes tipo 2 no hay suficiente producción de insulina. O el cuerpo no está haciendo un uso apropiado de la insulina disponible.
Cuando una persona es obesa o está muy por encima de su peso ideal aumenta la exigencia al páncreas (órgano productor de la insulina). Esto puede desembocar en una diabetes tipo 2. La obesidad es un factor de riesgo para la diabetes. Pero esto no significa que usted desarrollará la enfermedad por ser obeso. Al perder peso y llevar una vida más saludable puede controlar este factor de riesgo. Reduciéndolo o eliminándolo por completo.
Hay otros factores de riesgo asociados con la diabetes tipo 2 como la edad y la raza sobre los cuales es imposible tener control. Por eso es importante tomar cartas en el asunto sobre el cual sí es posible. Los estudios han demostrado que más de la mitad de la personas con diagnóstico de diabetes se consideran clínicamente obesos. Las personas que son obesas tienen que trabajar duro para reducir de peso y con ello pueden manejar mejor su diabetes con dieta oral o medicamentos en lugar de inyecciones de insulina. La incorporación de un plan de alimentación saludable y habitual actividad física también son importantes herramientas.
Además de estar en un riesgo mayor para desarrollar diabetes, las personas obesas tienen también mayor probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares potencialmente mortales. Por ello no desatienda las recomendaciones de mantener un peso saludable. Con el fin de reducir los riesgos para su salud. Recurra a la asesoría de su médico de ser necesario.