Anilu -
Mi nombre es Ana Luisa Contreras. Hablar o exponer mi testimonio con Cambridge es un reto especial para mí, pero quiero compartir mi historia porque está llena de logros.
Yo siempre había mostrado interés y curiosidad por cuidarme y por cuidar mi apariencia; me gustaba mucho hacer ejercicio y comer saludable, pero algo pasó en abril del 2017, cuando detecté un problema hepático en mi cuerpo.
Comencé a sentir algunos síntomas como, por ejemplo, que día a día me inflamaba y mi peso se disparaba. Visité al doctor y descubrí mi problema de salud.
Entonces, cambié supuestamente mi alimentación, fui a tratamientos corporales, pagué servicios a un costo alto, lo intenté todo, pero mi peso seguía en aumento.
Para ese momento ya no sabía qué hacer… la ropa ya no me quedaba, mis piernas se sentían pesadas, mi carácter estaba cambiando, todo me molestaba.
Siempre estaba a la defensiva, mi apariencia era terrible, pues me veía descuidada y muy opaca y yo… no sabía qué hacer… yo deseaba bajar de peso. Estaba muy triste, muy apagada, tenía miedo.
No podía bajar de peso, incluso recuerdo bien que mi esposo me hizo un comentario que me cayó como agua fría.
Recuerdo que me dijo: “Ya ni para salir te arreglas, ya no te peinas, ya no te maquillas, ya te da lo mismo”.
A lo cual respondí: “¿Pues es que no me ves? ¡Estoy gorda y me siento muy mal!”.
Él sólo dijo: “Busca ayuda, pero no puedes permitirte seguir así”.
Recuerdo que me fui llorando a la cama. Yo sólo rezaba (ya no sabía qué más hacer), le pedía a Dios que me permitiera encontrar un lugar en donde me pudieran ayudar.
Al día siguiente, estando en Facebook, vi la publicidad de Cambridge e inmediatamente escribí para informarme y sacar una cita. ¡Jamás pensé que sería el inicio de una vida nueva y diferente!
Fue exactamente el sábado 14 de abril de este año cuando comencé el tratamiento y 16 kilos abajo puedo decir que han sido los 4 meses más interesantes de mi vida porque descubrí quién soy en realidad.
Descubrí lo valiente que soy porque no sólo cambié mi manera de alimentarme, también me enfrenté a mí misma y descubrí que todas mis emociones las quería cubrir con comida.
Aprendí con Cambridge que es necesario hacer cambios para poder cambiar. Cambridge me mostró una alternativa, una salida, me devolvió mi vida, me devolvió mi tranquilidad.
Lo logré de la mano de Gabriela Covarrubias, mi nutrióloga Cambridge, que, por cierto, nunca me dejó sola en este proceso, porque siempre me echó porras, siempre me dio ánimos para seguir, para no rendirme, ¡porque se alegraba de cómo semana a semana el número en la báscula bajaba!
Ahora puedo presumir que sólo me faltan 4 kilos para decir “¡llegué a mi meta!”; pero también puedo presumir a esta nueva Ana que volvió a vivir, que está llena de sueños, llena de ilusiones, que ha aprendido a perdonar y a permitirse ser valiente y compasiva.
Puedo presumir a esta Ana que ya puede verse de nuevo al espejo y decir: “¡Hola, bonita… sólo por hoy sigamos trabajando para lograr lo que te propones!”.
Éste es mi testimonio. Si juntas un lugar especializado como Cambridge, una persona dispuesta a ayudarte y guiarte como Gaby y mucho valor, compromiso y disciplina… ¡todo se puede lograr!