Samayuri -
Hola, mi nombre es Samayuri Tapia del Ángel. Tengo 34 años y 2 hijos, uno de 8 y otro de 5 años.
En mi primer embarazo subí 20 kilos y no pude terminar de bajarlos cuando me embaracé por segunda vez.
En esta etapa ya había un sobrepeso obvio, pero mi situación empeoró al paso de los años, tiempo durante el cual pasé por diferentes circunstancias.
Hoy puedo declarar y entender que me refugié en la comida. Si me sentía nerviosa, comía. Si me sentía feliz, comía. Si me sentía triste, comía.
Se convirtió en un desorden total que impactó mi autoestima. Y por más que quise aceptarme dentro de esa tendencia de “mujeres curvys” o “gorditas felices”, la realidad, en lo profundo de mi ser, era que yo sabía que no me sentía plena, ni feliz.
El desorden alimenticio comenzó a afectar mi salud. Me comenzaron a doler las rodillas y la espalda baja, de tal modo que ya era insoportable. Me cansaba muy rápido. No podía seguirles el paso a mis pequeñitos que querían jugar conmigo.
Y sí, quise bajar de peso y lo intenté todo, hasta dietas veganas, pero no eran para mí, me cansaba y las dejaba.
Un día, a través de un video promocional en Facebook, vi a Nere, mi nutrióloga, promocionando el plan CWP. Ella me dio confianza porque años atrás había entrado en una dieta con ella y sí bajé, pero me tuve que mudar de ciudad y perdí contacto con ella y, por lo tanto, los avances que ya tenía.
Entonces la vi y decidí llamar para agendar una cita y pedir que me explicara de qué se trataba este plan.
Recuerdo que en las primeras consultas le pedía a Nere que me prometiera que lo que el plan prometía era verdad. Le preguntaba si, en verdad, había personas que habían bajado 20 kilos en 3 meses y ella insistía en que sí, que era una realidad.
Y a su palabra me aferré. Simplemente, me programé. Porque para mí, el plan comenzó en mi mente.
Estaba decidida a no correr la carrera que tenía por delante, sino a caminar un paso a la vez, día a día, uno a la vez.
Y jamás pensé que fuera a ver resultados tan pronto.
A la semana de haber comenzado con el Plan Cambridge para bajar de peso, conocidos comenzaron a notar un cambio en mí y me lo hacían saber. Después yo lo notaba en mi ropa, me quedaba diferente.
Fui muy comprometida conmigo misma. Pasó el tiempo y las personas ya eran más efusivas con sus comentarios de asombro por mi avance. Me echaban porras para que siguiera.
Un día descubrí que ya tenía una curva en la cintura. Ni me acordaba que la tuve alguna vez.
Y familiares que tenía meses sin ver, estaban totalmente asombrados, les parecía increíble mi cambio. También, muchas personas no me saludaban porque no me reconocían en la calle.
Hoy en día tengo mucha energía, disfruto jugar con mis hijos. Y ya no me visto para disfrazar la gordura, sino porque una prenda me gusta y me queda bien.
Estoy feliz y agradezco infinitamente a Dios el haberme puesto en un momento crucial de mi vida el Plan CWP y a Nere, que con toda su paciencia me guió y apoyó, siendo siempre sincera conmigo en todo.
¡Gracias!