Sin duda, una de las etapas más difíciles para bajar de peso es durante los 30s, pues estamos en un punto en el que aún estamos llenas de energía, pero ya no tenemos el tiempo para hacer actividades que nos ayuden a mantener la línea.
En esta publicación veremos los problemas que experimentamos en esta década y cómo podemos solucionarlos.
Uno de los grandes problemas es que estamos cansadas casi todo el tiempo. Si tienes trabajo, porque pasamos mucho tiempo en él y nos cuesta trabajo dormir y despertar con energía. Y si tenemos hijos, ¡peor aún! Llegamos al punto de ver todo con indiferencia, incluso lo que nos llevamos a la boca.
La solución es que hagamos de nuestros horarios de comida una prioridad. Es decir, es importante que comamos 5 veces al día y durmamos 8 horas cada noche. Al igual que a los 20s, si puedes ocupar un día para cocinar todo lo que comerás en la semana, hazlo. Recuerda que lo más importante es comer bien y mantener la salud.
El mayor error es saltarnos las comidas por pensar que así bajaremos de peso, pero no. Nuestro cuerpo requiere que consumamos calorías para poder hacer todas nuestras actividades diarias. Recuerda que, si nuestro organismo no recibe lo que necesita para funcionar, buscará compensar con otras fuentes de energía.
La respuesta es mantener nuestras comidas organizadas y bien planificadas. Confía en las grasas de aguacate, nueces, queso y semillas. Come tanta verdura como quieras e incluye mucha fruta, que te hará sentir satisfecha, regulará tu organismo y te dará mucha energía.
El último problema es dejar de hacer ejercicio. Entre trabajo, hijos y la casa se nos va el tiempo por completo.
Para resolver este obstáculo, empieza por fijar metas pequeñas y realistas. Ejercitarnos dos veces a la semana en sesiones de 30 minutos es un buen inicio. Del mismo modo, convierte tus minutos de descanso después de cada comida en una caminata de 15 minutos para acelerar el metabolismo y compartir con tu familia.
Para la próxima publicación, te platicaré de los problemas que se presentan al entrar en los 40s.
Comenten los suyos y cómo los resolvieron. Si no lo han hecho, seguro habrá alguien que les proponga una buena solución.