Comúnmente nos referimos a cualquier comida que contenga una cantidad significativa de ácidos grasos como grasas saturadas. Estas comidas incluyen huevos, mantequilla, cerdo o incluso tocino.
Los tipos más comunes de grasa en las comidas son los triglicéridos. Que a su vez se dividen en ácidos grasos saturadas y no saturados.
De esos, los saturados son los componentes grasos de la carne, la mantequilla o incluso la mantequilla de coco.
En el pasado se creó el mito de que las grasas saturadas son malas.
Estudios mostraban que consumirlas aumentaba el colesterol en la sangre. Este está asociado con la Aterosclerosis y un incremento en el riesgo de generar una enfermedad del corazón. Basándose en esto se creó la hipótesis de la dieta para el corazón.
Además, en los 70s en Estados Unidos había una ola creciente de obesidad y el gobierno tenía mucha presión por atenderla. Lo cual los llevó a tomar la hipótesis de la dieta para el corazón como evidencia suficiente para establecer los lineamientos alimenticios.
Esta hipótesis nunca ha sido probada y lo que es más, evidencias recientes demuestran que no es cierto.
Estos estudios recientes demostraron que las grasas saturadas no están asociadas con:
- Toda causa de mortalidad.
- Mortalidad relacionada a enfermedades cardiovasculares
- Mortalidad relacionada a enfermedades del corazón coronarias
- Mortalidad relacionada con accidentes cerebrovasculares isquémicos
- Mortalidad relacionada con la diabetes tipo 2
Ahora, esto no quiere decir que debamos confiarnos. La gran mayoría de la comunidad médica aún está convencida de que hacen daño.
Los científicos que están luchando por descubrir su verdadero efecto dicen que a pesar de que los resultados no han encontrado una relación directa con todo lo que se pensaba, aún falta más investigación.
Entre las cosas buenas que si proveen al cuerpo son:
- Una buena fuente de energía
- Proveen una buena cantidad de nutrientes, como es el caso de los huevos, lácteos, carne blanca y chocolate obscuro.
- Tienen un buen nivel de proteína
- Son de gran valor culinario (saben muy bien)
Podemos decir que a pesar de que no necesariamente son un riesgo directo para la salud, como ya lo sabemos, todo en exceso es malo y esto no debe ser tomado como un pase libre para comer lo que queramos.
Más bien, hay que aprender a volver a ver nuestra comida con otros ojos.
También hay que acordarnos que estas grasas no son lo mismo que los carbohidratos y en general, es bueno cuidar nuestro consumo de carne roja, carnes procesadas y lácteos demasiado grasosos.
Los que sí sabemos que son muy buenos para comer son los huevos, carne blanca, coccoa y cocos.
Así que hay que estar al pendiente no tenerles miedo y cuidar nuestra alimentación.