¡Si quieres tener una piel hermosa rimero que nada debes de ser más cuidadosa! No uses lociones limpiadores o exfoliantes fáciles con mucha cantidad ácido, pues resecan demasiado la piel.
Elige con mucha atención los productos adecuados para tu tipo de piel o bien recurre a las inofensivas y económicas soluciones naturales.
Lávate el rostro con miel
la miel es un ingrediente natural muy efectivo para la belleza de la piel, así que en lugar de utilizar una loción limpiadora o agua y jabón especial para quitar impurezas, toma un frasco de miel y aplica un poco de ella en el rostro.
Enjuagar el rostro con agua fría
Cuando apenas te levantes y vayas al baño a mojarte la cara para despertarte…¡usa agua fría! La temperatura baja no solo es la adecuada para despabilarnos rápidamente sino también para promover una mejor humectación en la piel y cerrar los poros. El agua caliente, de lo contrario, la vuelve más seca y escamosa.
Secarse con una toalla suave
Cuando termines de enjuagarte, no frotes tu rostro de manera fuerte y brusca contra la toalla. La piel es muy sensible; tan solo acaricia tu piel con una palmadita en una toalla suave y deja que se seque naturalmente.
Utilizar aceites vegetales
Los aceites vegetales, como el aceite de almendras, el aceite de rosa mosqueta, el aceite de coco, el aceite de oliva… Estos productos hidratan, limpian y suavizan la piel de manera inofensiva, natural y, por supuesto, económica. ¡Son de lo mejor!
Beber jugos y licuados de frutas y verduras
Nada mejor para la piel y la salud en general que un suculento licuado de frutas y verduras repleto de nutrientes y antoxidantes. Una opción puede ser una mezcla de zumo de manzana, zanahoria y pimientos rojos, recomendado cada dos días.
Consumir frutas y verduras
Las frutas y las verduras son los alimentos más sanos que podemos encontrar. Ellos nos aportan vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para la salud y también para la belleza, pues lo que comemos tiene efecto en nuestra apariencia. Intenta consumir varias porciones de frutas y vegetales al día; intégralos a tus desayunos o meriendas o consúmelos como snacks entre comidas. Tampoco te olvides beber abundante agua. Consume más frutas, vegetales y agua todos los días y enseguida notarás que la piel está más luminosa e hidratada.