Mientras duermes muchas funciones metabólicas se llevan a cabo en el organismo, además de la reparación de tejidos, y la suspensión del estado de alerta propio de la fase diurna (estrés). Por esto y más es necesario dormir para estar saludable.
Varios estudios comprueban un aumento en la liberación de hormonas en la noche como la leptina, que inhibe el apetito y la ghrelina, que estimula la sensación de hambre.
Mientras más tiempo duermas más leptina generarás y menos ghrelina en proporción inversa.
La falta de descanso conlleva un aumento de las hormonas que estimulan el apetito, así también la ingesta de alimentos dulces y ricos en grasa.
Estas funciones detonan cuando tu cerebro reacciona a la luz. Determinando así las horas de actividad, alimentación y descanso.
Existen trastornos vinculados estrechamente con los periodos de sueño, como las apneas o hipo-apneas, presentes en muchos casos de obesidad y son generadas por la deficiente irrigación sanguínea, al transportar poco oxigeno al cerebro ocasionando cabeceos y somnolencia repentinos.
*Recomendación de 7 a 8 horas diarias de sueño. (Fuente UNAM 2015 Clínica de Trastornos del Sueño).
Diversos estudios arrojan cifras y trazan gráficas que revelan una relación entre horas de sueño e Índice de Masa Corporal.
El perímetro de cintura es considerablemente mayor entre aquellos que duermen menos de 5 horas.
Por lo tanto, dormir menos se asocia con un aumento del perímetro de la cintura de 6,7 cm para los hombres y de 5,4 cm para las mujeres.
Se recomienda romper el ayuno 30 min después de haber despertado.
- No saltarse el desayuno.
- Tener una alimentación variada y equilibrada.
- Consumir cinco raciones de frutas y verduras todos los días.
- Evitar las grasas saturadas y alimentos y bebidas ricos en azúcares.
- Realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física moderada.
- Dormir al menos 8 horas diarias.
- Hidratación