Los trastornos alimenticios son enfermedades médicas y psiquiátricas reales y complejas que pueden tener graves consecuencias para la salud, la productividad y las relaciones.
Los trastornos alimenticios son enfermedades en las que las personas experimentan trastornos graves en sus conductas alimentarias y pensamientos y emociones relacionados.
Las personas con trastornos alimentaicios suelen preocuparse por los alimentos y su peso corporal.
En muchos casos, los trastornos alimenticios se presentan junto con otros trastornos psiquiátricos como ansiedad, pánico, trastorno obsesivo compulsivo y problemas de abuso de alcohol y drogas.
Estos trastornos pueden ser potencialmente mortales si no se reconocen y tratan adecuadamente.
Cuanto antes reciba una persona el tratamiento, mayor será la probabilidad de una recuperación completa.
Con la atención médica adecuada, las personas con trastornos alimenticios pueden reanudar los hábitos alimentarios adecuados y recuperar una mejor salud emocional y psicológica.
Tipos de trastornos alimentarios
Los trastornos alimentarios más comunes son:
Anorexia nerviosa – La anorexia es un trastorno potencialmente mortal que puede ocurrir cuando las personas que parecen estar por debajo de su peso se ven a sí mismas con sobrepeso. Una persona con anorexia comenzará a obsesionarse con los detalles de su ingesta de alimentos y a controlar cuidadosamente su peso.
Bulimia – Los individuos con bulimia nerviosa comen cantidades excesivas, luego purgan sus cuerpos de los alimentos y calorías que temen usando laxantes, enemas o diuréticos; vomitando o haciendo ejercicio.
A menudo actuando en secreto, se sienten asqueados y avergonzados mientras se emborrachan, pero aliviados de la tensión y las emociones negativas una vez que sus estómagos están vacíos de nuevo.
Trastorno de atracón compulsivo (BED, por sus siglas en inglés) – Cuando pierdes regularmente el control de tu alimentación, comes grandes porciones de alimentos de una sola vez hasta que te sientas incómodamente lleno, y luego a menudo se sienta molesto o culpable.
Otros desórdenes alimenticios específicos (OSFED) – cuando tus síntomas no coinciden exactamente con los de la anorexia, bulimia o desorden de atracones, pero esto no significa que sea una enfermedad menos grave.
El OSFED es el más común, luego el trastorno por atracón y la bulimia. La anorexia es la menos común.
¿Cuáles son las causas de los trastornos alimentarios?
Como ocurre con la mayoría de las enfermedades mentales, los trastornos alimenticios no son causados por un solo factor, sino por una combinación de factores socioculturales, psicológicos y biológicos.
- Baja autoestima.
- Presiones para ser delgado (es decir, presión para perder peso por parte de la familia y los amigos).
- Normas culturales de atractivo promovidas por las revistas y la cultura popular.
- Uso de la comida como forma de afrontar las emociones negativas.
- Pensamiento rígido, “blanco o negro” (por ejemplo, “estar gordo es malo” y “estar delgado es bueno”).
- Padres con exceso de control que no permiten la expresión de emociones.
- Antecedentes de abuso sexual.
Factores biológicos:
- Predisposición genética a los trastornos alimentarios, la depresión y la ansiedad.
- Ciertos estilos de personalidad, por ejemplo, el tipo de personalidad obsesivo-compulsiva.
- Deficiencia o exceso de ciertos químicos cerebrales llamados neurotransmisores.
¿Quiénes sufren de trastornos alimenticios?
Todos los trastornos alimenticios pueden ocurrir tanto en hombres como en mujeres de cualquier edad.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, los trastornos alimenticios afectan principalmente a las niñas y a las mujeres.
Pero los trastornos alimenticios no son sólo un problema para las mujeres adolescentes que tan a menudo se describen en los medios de comunicación. Los hombres y los niños también pueden ser vulnerables.
Signos de advertencia y síntomas
La intervención temprana es la mejor manera de ayudar a una recuperación exitosa.
Es importante estar atento a las señales de advertencia que pueden indicar que alguien está desarrollando o experimentando un trastorno alimentario.
Muchas personas que padecen un trastorno alimentario no se dan cuenta de que tienen un problema o, si lo hacen, pueden llegar a extremos extraordinarios para ocultar los signos de su comportamiento.
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